El Museo Nacional del Prado es uno de los museos de arte más prestigiosos del mundo. Carlos III encargó su construcción en 1785 con el fin de mostrar al mundo el talento y buen gusto de España. La colección real lleva formando parte del núcleo del inventario del museo desde que abriera sus puertas en 1819. Se ha ido ampliando a lo largo de los años al incorporar obras de otros países europeos e incluso estatuas de la Grecia y Roma clásicas. Uno puede pasarse horas recorriendo sus pasillos y admirando algunas de las mejores obras del arte occidental. La colección permanente está formada por más de 20.000 cuadros, esculturas, grabados y dibujos, de los que unos 1.300 se muestran al público en todo momento. Los amantes del arte podrán deleitarse con la mayor colección de pintura española del mundo y una amplia muestra de cuadros de la pintura francesa, italiana, holandesa y flamenca, así como una selección de arte alemán e inglés. Déjate ensimismar ante “Las Meninas” de Velázquez, una de las piezas más célebres del museo. Para contemplar otras grandes obras maestras, visita la galería dedicada a las pinturas negras de Francisco de Goya, que pintó en las paredes de su propia casa entre 1819 y 1823 y que son famosas por ser unas de las obras más perturbadoras de la colección. Sigue recorriendo las salas del museo para admirar obras de Tiziano, Botticelli, Rubens, El Bosco, Durero y muchos otros. Pocos museos pueden jactarse de contar con una colección con tantísimos tesoros del arte occidental. Por tanto, será necesario reservar al menos un día para verlos todos. El Prado se encuentra a poca distancia a pie de la Puerta del Sol, desde la que se puede llegar bajando la Carrera de San Jerónimo y recorriendo el Paseo del Prado. Abre todos los días excepto el Día de Año Nuevo, el Primero de Mayo y Navidad. La entrada es de pago, pero se hace descuento para estudiantes y jubilados.