La magnitud de la Catedral de Sevilla te dejará sin palabras. Los canónigos que encargaron la construcción del edificio a principios del siglo XV querían hacer una iglesia tan grande que sus visitantes tomaran a sus fundadores por locos. Entra a través de la Puerta de San Cristóbal, en la fachada sur. Tras atravesar la entrada, a tu izquierda podrás ver la tumba de uno de los personajes mas importantes de la historia de la ciudad, Cristóbal Colón. Cuatro estatuas gigantes, que representan los cuatro reinos históricos de Castilla, portan el féretro a hombros. Desde aquí entrarás a la nave central, donde podrás apreciar mejor las impresionantes dimensiones de la catedral. Al estar prácticamente vacía, sus 42 metros de altura nos dan una sensación de grandeza aún mayor. Vuelve la mirada hacia los pasillos laterales, cuyas intrincadas tallas y esculturas están decoradas en oro resplandeciente. Adéntrate en la nave principal, la Capilla Mayor, donde encontrarás el enorme altar gótico, que podría ser el más grande del mundo. Contiene 45 escenas de la vida de Cristo con más de mil figuras talladas en madera y está decorado con oro. No te pierdas las dos sacristías principales: la Sacristía Mayor y la Sacristía de los Cálices. En estas salas se exponen objetos de plata, calaveras antiguas y las llaves que los árabes y los judíos dieron a Fernando cuando conquistó la ciudad. Entre los cuadros destaca la obra maestra de Goya "Santas Justa y Rufina".La Catedral de Sevilla se encuentra en el casco antiguo de la ciudad, en la orilla izquierda del Guadalquivir. La iglesia está abierta al público todos los días, pero los domingos tiene un horario reducido. La entrada es de pago y es posible solicitar audioguías. Para evitar largas colas en la entrada, se recomienda visitarla por la tarde.