Instalaciones antiguas, techos propios de la oficina de un taller mecánico.
Nada más llegar me recibió una cucaracha que salía de darse una ducha. Tuve que comprar insecticida y trampas para cucarachas, por lo q recomiendo llevarlas previamente si van a éste hostal.
Las habitaciones están mal aisladas tanto acústica como térmicamente. Se oían perfectamente las conversaciones de las habitaciones de al lado. Lo que no pude es entender qué decían, hablaban en alemán o algo parecido.
Las ventanas son antiguas y no cierran del todo bien, por lo que se oyen los ruidos del tráfico de la calle. Por suerte de noche no hay tanto coche circulando.
Eso sí, el aire acondicionado funcionaba perfectamente.