La basílica catedral Nuestra Señora de la Altagracia, o basílica de Higüey, es una visita obligada de los viajes a Salvaleón de Higüey. Su característica más singular son los arcos alargados, que destacan en el paisaje urbano. Estos elementos arquitectónicos conforman un singular aspecto exterior, que vale la pena retratar.
Aunque el edificio fue inaugurado en 1971, se estableció rápidamente como sitio sagrado, gracias a los testimonios de curaciones milagrosas a manos de la Virgen María. Según la leyenda, uno de los apóstoles dejó allí su imagen, conocida como Nuestra Señora de la Altagracia.
El arco mayor se eleva hacia el cielo como la punta de una aguja y sus 70 metros de altura lo hacen único e impresionante. Bajo este arco se sitúan las 45 campanas de bronce de la iglesia. Al atardecer, los rayos de sol se reflejan en las enormes ventanas de la fachada y crean una imagen colorida. Las curvas y la estructura de hormigón también son los protagonistas en el interior en forma de arcos sobre los bancos ubicados frente a la imagen de Nuestra Señora de la Altagracia, consagrada a los pies de un naranjo.
En agosto, la iglesia se llena con más de 800.000 peregrinos, quienes acuden para ofrecer toros a la Virgen. Y es que, cada año, miles de estos animales se agrupan frente al templo como ofrenda. La peregrinación de cinco días comienza el 10 de agosto y este evento conmemorativo demuestra la gran importancia de la basílica.
Cerca de la iglesia se encuentra el Museo de la Altagracia. Su fondo está formado por las donaciones de los creyentes, quienes han entregado joyas y pinturas. Toda una muestra de la gran devoción que sienten los habitantes de la República Dominicana.
Es muy fácil llegar al templo, pues los autobuses con destino a Higüey hacen una parada frente a la basílica de Nuestra Señora de la Altagracia. La catedral está abierta a todo el mundo, pero la entrada es de pago. Cabe destacar que los días de la peregrinación de agosto son la época con mayor afluencia de visitas, aunque el diseño único de la basílica y su carácter sagrado atrae a visitantes todo el año.