By Expedia Team, on April 10, 2020

Qué ver en Burgos y alrededores

“Dicen que Burgos es la más fría de todas las provincias de Castilla y León. Pero es posible que quienes repitan esa afirmación, lo hagan refiriéndose solamente al clima. Pues aquellos que han transitado la capital, contemplado la magnificencia de la c**atedral de Burgos, visitado los insospechados rincones que se esconden a lo largo y ancho de la provincia y, por supuesto, saboreado su fastuosa gastronomía, solo podrán confirmar que Burgos y los burgaleses emanan una calidez capaz de hacer sentir a cualquiera como en casa.

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En ese caso, comencemos, pues, este paseo por la capital burgalesa. Al recorrer sus calles, el visitante descubre una ciudad preparada para que el turista y capaz de sorprender hasta al más experimentado de los viajeros. Nuestra visita comienza por la zona más alta, el Mirador del Castillo, para tener una buena panorámica y contemplar, así, de un solo vistazo, la urbe por donde nos vamos a mover. Situada a los pies del Castillo de Burgos, la iglesia de San Esteban es el lugar idóneo para continuar este recorrido.

Pero, sin duda, hay una construcción en Burgos capaz de eclipsar a cualquier otra, una a la que todas las miradas se dirigen. Y con razón. Lo cierto es que podríamos citar solamente la Catedral de Burgos y, con eso, ya tendríamos más que suficiente para hablar de los encantos de la ciudad. Con 800 años de historia y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se trata de una de las obras cumbre del gótico español. Da igual cuántas iglesias, basílicas y templos catedralicios se hayan visitado antes o después, todo el que la ve cae rendido ante ella para siempre.

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Otro de los monumentos más emblemáticos del lugar es el Arco de Santa María, una de las antiguas doce puertas de acceso a la ciudad durante la Edad Media. Ésta comunica el puente de Santa María, sobre el río Arlanzón, con la plaza del Rey San Fernando, donde se encuentra la catedral.

Sin duda, una parada más que obligatoria para todo aquel que se adentre en territorio burgalés, es el Museo de la Evolución Humana, situado muy próximo a la Catedral. Allí, el visitante podrá hacer un extenso recorrido por la evolución humana y disfrutar de la exposición de más de 200 originales hallados en Atapuerca, situada a unos 15 kilómetros.

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Para dormir encontrarás una gran cantidad hoteles en Burgos para que la estancia sea completamente plácida y confortable.

Y, saliendo de la capital, ¿sabías que en Burgos tiene tres bienes culturales declarados Patrimonio de la Humanidad? Por supuesto, la Catedral y el centro histórico forman parte de uno de ellos. El siguiente es el Camino de Santiago Francés, que atraviesa la ciudad de Burgos. Y, por último, los Yacimientos de Atapuerca, que fueron incluidos en el año 2000.

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Pero si hay una población emblemática de todas cuantas hay en Burgos, ésa es Aranda del Duero. Puede que parte de la culpa de que sea tan conocida esta localidad, recaiga sobre el Sonorama que, cada mes de agosto, convierte sus calles en un festival de música y estas se llenan de asistentes que, en la mayoría de los casos, son ya, más bien, fieles y peregrinos que esperan pacientemente la llegada de la siguiente edición.

Pero Aranda cuenta con una propuesta cultural, patrimonial y gastronómica más allá de este evento. La localidad lleva desde finales del siglo X atesorando historia, por eso, visitarla en cualquier época del año hará las delicias de cualquier viajero, especialmente de aquellos que deseen comer contundentemente, pues es la cuna del lechazo. Y, para catar el mejor de todos ellos, te recomendamos reservar mesa en Casa Florencio.

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Puede que la gran mayoría no lo sepa, pero en la provincia se encuentra uno de los yacimientos romanos más interesantes del país: Clunia Sulpicia. A pesar de no tener la conservación de otras ruinas similares, se trata de los restos de una ciudad con relativa importancia en la antigua Hispania, por lo que la visita siempre merece la pena.

En Burgos hay espacio para las singularidades más excepcionales, también. Si no, basta con viajar hasta el pequeño pueblo llamado Huerta del Rey, que forma parte del Camino del Cid y que podría ser considerado el “paraíso de los nombres raros”. Allí, casi nadie se llama Juan, María, Carmen o David. Sino que el viajero podrá toparse con Quiteria, Eduviges, Fidencio, Hipólito o Toptisa. Y es que esta pequeña villa tiene el Récord Guiness de los nombres extraños. Todo comenzó a finales de siglo XIX, por una cuestión meramente logística para repartir el correo y acabó siendo una tradición de lo más curiosa.

Los amantes de la naturaleza encontrarán en Burgos el lugar idóneo en el que descubrir sorprendentes paisajes más allá de los tópicos castellanos. Es el caso del conjunto kárstico de Ojo Guareña, donde la mano de la Pachamama y del hombre han formado una combinación única. Las Cuevas de Ojo Guareña llegan hasta las mismísimas entrañas de Burgos con sus 18 cavidades de unos 100 kilómetros de extensión. Fueron los ríos Trema y Guareña los encargados de hacerlo, excavando durante milenios este macizo geológico. Y llegó el ser humano para usarlo de hogar y refugio en el Paleolítico, pero, sobre todo, se encargó de construir la ermita de San Tirso y San Bernab**é que, además de servir de puerta de entrada a los 400 metros subterráneos y visitables de este laberinto de límites aún desconocidos, es, sin lugar a dudas, un espectáculo digno de contemplar en directo.

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En definitiva, la provincia de Burgos es un catálogo infinito de opciones culturales, turísticas, gastronómicas y naturales que te recomendamos recorrer con calma.”