El santuario Meiji Jingu es, quizá, el más popular de la ciudad. Está dedicado al emperador Meiji, el primer líder japonés tras la caída del shogunato de Tokugawa. Aquí se celebran numerosos festivales, bodas y eventos durante todo el año. Una de las cosas que sorprenden de esta bella construcción es su ambiente, muy tranquilo a pesar de la afluencia de lugareños y turistas.
El acceso al templo se realiza a través de la enorme torii, una puerta de doce metros de altura elaborada con cipreses japoneses de 1.500 años de antigüedad. Desde aquí, el trayecto hasta el complejo principal de edificios es de unos diez minutos a pie. Acércate primero a la fuente de purificación de la entrada del santuario y lávate las manos y la boca con el cucharón.
El reinado del emperador Meiji, que abarca los años 1868 a 1912, fue un periodo muy importante en la historia de Japón, ya que supuso el final de la era feudal y el comienzo de la modernidad. El santuario se construyó poco después, en 1920, pero quedó destruido durante los bombardeos aéreos de la Segunda Guerra Mundial. Lo que vemos en la actualidad es una reconstrucción realizada en 1958.
Ya en el complejo, podrás anotar oraciones o deseos en trocitos de papel y atarlos al muro de las oraciones, o escribirlos sobre una placa de madera llamada “ema” y colgarla en el panel que encontrarás delante del gigantesco alcanforero. También puedes orar y dejar una moneda en el cepillo. Recuerda inclinarte dos veces, dar dos palmadas y volver a inclinarte antes de dejar la moneda.
Reserva tiempo para disfrutar de un paseo por los tranquilos senderos que parten del santuario. El bosque que rodea el recinto alberga más de 100.000 árboles, que se trajeron hasta aquí como árboles jóvenes desde todos los rincones del país durante la construcción del templo. Quizá te apetezca visitar el Museo del Tesoro, en el extremo norte del complejo. En él podrás contemplar las valiosas pertenencias del emperador y la emperatriz. A mediados de junio, es posible ver los lirios en flor en el llamado Jardín Interior, en el extremo sur.
Te recomendamos visitar el santuario los domingos por la mañana: si tienes suerte puedes encontrarte con una procesión nupcial sintoísta tradicional. El santuario Meiji Jingu se encuentra a poca distancia a pie de la estación Harajuku. Abre todos los días desde el amanecer hasta el atardecer, y la entrada es gratuita.
