Casa del Mejicano, entre montaña y mar.

Se trata de una vivienda construida por un indiano que emigró a Méjico. Como fruto de su arduo trabajo pudo adquirir un gran terreno, en el que plantó una maravillosa finca y donde posteriormente construyó su casa. Esta edificación es un buen ejemplo de estilo ecléctico, donde el indiano se inspiró para su construcción en diversas fuentes, principalmente de la arquitectura del país que lo acogió.
En la Casa del Mejicano destacan coloridos ornamentos originales de la tierra maya, como el mosaico de la virgen de Guadalupe, el conjunto de banco y barbacoa con filigranas y azulejos, las fábricas vistas de ladrillos en la portada, y sus dos frondosos aguacateros que enmarcan la casa, cuyas semillas también fueron traídas de Méjico, siendo de los más antiguos de la Isla.
La vivienda se emplaza en el Espacio Protegido del Barranco de las Angustias, dentro de una magnifica finca de plátano canario en plena producción, con aproximadamente 49.000 m2. Un lugar ideal para disfrutar de relajantes paseos y visitar los bonitos miradores de la zona. A solo 10 minutos caminando de la playa, del puerto de Tazacorte y de su paseo marítimo, con gran cantidad de restaurantes que invitan a probar la deliciosa gastronomía palmera.
La casa, a la que se accede a través de un magnifico palmeral y jardín con coloridos crotos y geranios, ha sido recientemente remodelada. Se ha respetado su esencia y ha sido dotada de mayor confort y modernidad. En la planta baja se encuentra la cocina, un comedor, una acogedora sala de estar, sala de lectura, dormitorio de dos camas y un baño. Las estancias están abiertas al exterior con grandes ventanales que dan mucha luz a todos los espacios. En la planta superior está ubicado el dormitorio principal, sala de lectura, otro baño y un mirador interior, desde donde se ve el horizonte y espectaculares puestas de sol.
El alojamiento cuenta con una cubierta, plataforma ideal para admirar todo el paisaje privilegiado y hacer una fantástica observación de estrellas.
Pero si algo es especialmente atractivo, es su amplia y fresca terraza, con mesa exterior para disfrutar de una barbacoa en compañía de la familia o amigos. Al igual que un estupendo solárium con cómodas tumbonas, protegido por el verde de las hojas de las plataneras y unas vistas espectaculares de los riscos del espacio natural protegido. Todo ello, hacen de este espacio un lugar íntimo, silencioso y espectacular, y muy cerca de la costa.