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Comentario del 7 de sept. de 2020
Comentario del 22 de ago. de 2020
Comentario del 10 de ago. de 2020
Comentario del 24 de dic. de 2020
Comentario del 23 de sept. de 2019
Comentario del 2 de oct. de 2019
Ubicado en la comarca del Tarragonés, Altafulla es un pueblo costero resguardado por montañas y castillos defensivos. Su origen medieval y vistas espléndidas al mítico Mediterráneo, culminan con un casco histórico que recibe el atardecer con los destellos rojizos de sus muros. Un destino de playa que conjuga descanso entre mares de un azul intenso, pasadizos de escaleras empedradas bajo balcones, flores y enredaderas.
La manera más práctica y confortable de llegar es tomando un tren desde Barcelona, que tarda solamente una hora. Los rincones, arcos y monumentos de Altafulla se pueden descubrir a pie, en bicicleta o coche de alquiler, aunque también hay servicio de transporte público.
A diez minutos a pie de la villa romana de los Munts, hay confortables alojamientos B&B y hoteles baratos de 1 a 3 estrellas en el camino del Prat, la Vía Augusta y la calle del Mar; sitios típicos o modernistas para cada tipo de viajero. Cercanos al circuito de carreras de coche hay hoteles económicos de 2 a 3 estrellas y alojamientos con desayuno incluido en las calles de Sínies, Las Eras y Oreneta.
Un buen comienzo es en Vila Closa, el recinto fortificado que entraña el casco antiguo y, por tanto, el corazón de Altafulla. Un escenario de aire medieval donde se encuentra la plaza de la parroquia. Ahí mismo, la iglesia de San Martín, construida en el siglo XVII, tiene un estilo neoclásico y es una de las más sobresalientes joyas de la arquitectura religiosa local. Su planta de cruz latina, naves y campanario son tan fascinantes de observar como el retablo barroco que conserva; también de la época, y las huellas de la Guerra Civil.
En el interior de la iglesia es posible recorrer el museo Parroquial, donde se exhiben diferentes elementos salvadores frente a los saqueos de 1936. La arquitectura militar de Altafulla tiene como guinda el castillo de Montserrat, una fortaleza poligonal con coronamientos dentados, que data del año 1059. Sus patios, galerías del Renacimiento y torres con almenas despertarán la imaginación de los visitantes con gusto particular por las rutas de fortalezas.
En lo alto de una colina, los amantes de la cultura podrán apreciar la monumental villa romana de los Munts, un yacimiento antediluviano que cae sobre el mar Mediterráneo y fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Se estima que su construcción existe desde de los siglos I y V d.C, aunque no fue hasta el siglo II que se convirtió en una lujosa y compleja zona residencial romana.
Estatuas detalladas, pinturas, columnas de mármol y pavimentos suntuosos rinden testimonio de las riquezas de la época. En las inmediaciones de este emblemático punto de interés histórico hay varios hoteles baratos.
Los viajeros que deseen adentrarse en el espíritu festivo del pueblo podrán elegir los meses de agosto y noviembre, cuando se celebran la feria de la Artesanía y la de San Martín. En septiembre se celebra una de las más hermosas de Altafulla: el Cuadro de San Antonio, con pintorescos espectáculos, conciertos, pasacalles y cenas populares.
Las playas y zonas para practicar actividades acuáticas en el verano no pueden faltar; temporada en que también se da cita el festival Internacional de Música. Los amantes de la naturaleza disfrutarán con la ruta verde del baix gaià, con paisajes de alto valor estético.
Pocos viajeros profundizan en el valor histórico de la villa romana, que pasó por grandes momentos de construcción y monumentalización.
Un dato curioso es que muchos de sus elementos han sido hallados a través de excavaciones.
Valdría la pena saber que, en sus tiempos, fue el escenario de jardines y exquisitas composiciones pictóricas, por instrucción del duoviri Caius Valerius Avitus.