By Expedia Team, on November 20, 2017

Itinerario de un día en Viena entre palacios, mercados y parques

“Partimos de la base de que Viena es magnífica. Es una ciudad bien organizada, limpia, internacional, acogedora y romántica. No solo es sede de algunos de los museos más importantes del mundo, sino que cuenta con castillos e iglesias que son auténticos tesoros del arte y de la arquitectura, y presume de un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. A esto hay que añadir que la gastronomía es excelente; no es casualidad que aquí haya nacido la tarta Sacher, la delicia de chocolate más famosa del mundo.

Viena se puede visitar cómodamente con los medios de transporte públicos. El tranvía, el autobús y el metro son modernos y puntuales, y los billetes, de duraciones diferentes, por lo general permiten obtener un descuento en la entrada a los museos.

El itinerario que te proponemos está pensado para una estancia de un día, definitivamente demasiado poco tiempo si se tiene en cuenta la amplia oferta turística de la capital austríaca. Sin embargo, es suficiente para conocer algunas de sus principales atracciones y vivir en primera persona el encanto imperial de la ciudad.

Viena
By Tookapic

### Una mañana en el Palacio de Hofburg

Antes de comenzar la jornada, es obligado desayunar al estilo vienés. Dado que nuestro itinerario empieza en el Palacio Imperial de Hofburg, te recomendamos que te dirijas al Ulrich, a pocos pasos de tu primera visita. El menú del desayuno salado no puede ser más tentador. Si lo prefieres dulce, pide una porción de gugelhupf casero (bizcocho típico), acompañado de una buena taza de café. No hay mejor manera de empezar el día.

Una vez que hayas cargado las pilas, ponte en marcha. El Palacio Imperial es un complejo enorme de edificios, jardines y patios. La visita comienza en los aposentos imperiales, incluidas las habitaciones de la famosa princesa Sisí, la llamada Cenicienta del siglo XIX. En las salas de la Silberkammer se exponen las joyas de la corte, los suntuosos objetos de plata del palacio y un pequeño relicario. La corona del emperador austríaco y el presunto clavo que atravesó la mano derecha de Jesucristo en la cruz son las piezas más importantes de la colección.

La visita continúa con el Museo Sisí, donde se pueden contemplar numerosos objetos de la vida privada de la emperatriz de Austria, incluido el estilete que el anarquista Lucheni utilizó para acabar con su vida. Los más curiosos también disfrutarán explorando las cuadras de la corte, la capilla imperial y diversos edificios secundarios.

Palacio Imperial de Viena
by Domeckopol

### La Viena más auténtica en el mercado de Naschmarkt

La experiencia de visitar el Palacio de Hofburg es espectacular pero muy intensa. Te recomendamos que salgas al exterior para respirar aire fresco en uno de los lugares más interesantes de la ciudad, el mercado. Aquí entrarás en contacto con la vida cotidiana de Viena y, si lo deseas, podrás encontrar un rincón agradable donde tomar un refrigerio.

Con una extensión de un kilómetro y medio, el mercado cuenta con 120 puestos de productos alimentarios y pequeños restaurantes de comida étnica y local a precios indudablemente populares. Este lugar tan peculiar se ha convertido en la meta de cada vez más turistas que se agolpan entre los puestos, sobre todo los sábados, cuando también se instala aquí el mercadillo. Por eso, tal vez sea mejor que lo visites otro día de la semana.

Desde la calle principal del mercado puedes admirar la Majolikahaus o Casa de Mayólica de Otto Wagner y el Pabellón de la Secesión de Olbricht, donde entre otras pinturas se encuentra el Friso de Beethoven, obra maestra de Klimt dedicada a la Novena sinfonía del genio alemán. Cuando llegue la hora de comer, podrás elegir entre una amplia y deliciosa oferta gastronómica. Si te apetece probar las exquisiteces típicas de la cocina vienesa, te encuentras en el lugar más indicado. Deja que los puestos te inspiren: bretzel, salchichas vienesas, wiener schnitzel (escalope al estilo vienés), gulasch (estofado de carne), tafelspitz (carne cocida con rábano) o kürbiscremesuppe (crema de calabaza), todo ello acompañado de Sturm, el vino típico de las colinas vienesas. Nada mejor para recuperar las fuerzas.

Nashmarkt, Viena
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### Relax y diversión en el Prater

Tras la comida, te aconsejamos que te dirijas al parque Prater, símbolo de la ciudad y, según la revista Focus, uno de los diez parques urbanos más bonitos del mundo. Además de ser un enorme parque de atracciones, también es el pulmón verde de la ciudad, donde podrás relajarte a la sombra de los árboles o pasear por los caminos con una bicicleta de alquiler. Si estás agotado de tanta actividad, puedes subirte al ferrocarril de Liliputbahn y hacer un simpático recorrido de unos cuatro kilómetros.

Hay quien dice que solo después de haber contemplado la ciudad desde lo alto de la famosa noria del Prater se puede decir que se ha visitado Viena. Situada en la Riesenradplatz, la noria está abierta todo el año y te llevará hasta una altura de 65 metros, desde donde podrás admirar la elegancia de la capital austríaca. Además, a la entrada de la noria encontrarás información sobre la historia y la evolución de la estructura desde su construcción, a finales del siglo XIX, hasta la actualidad.

### El arte contemporáneo de Hundertwasser y una cena en el museo

Hay un barrio en Viena que se ha convertido en una auténtica obra de arte. Se trata de Landstrasse, una verdadera joya para los amantes del turismo no convencional por su arquitectura, su decoración y su estilo excéntrico.

El arquitecto y artista Friedensreich Hundertwasser creó este complejo de viviendas populares en los años ochenta, con la intención de transmitir un poco de alegría y colorido a las clases desfavorecidas a las que estaban destinadas estas casas, y el resultado ha sido increíble. Seguro que te enamorarás del estilo moderno de esta zona cuando pasees sin dejar de mirar hacia arriba.

Edificio de Huntertwassser
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La tarde llega a su fin y es el momento de pensar en la cena. En Viena, algunos de los museos más importantes han emprendido una iniciativa que ha cosechado mucho éxito: incluir en el precio de la entrada la cena en el restaurante del propio museo. La combinación de arte y cocina de calidad es la mejor manera de poner fin a nuestro itinerario. Puedes aprovechar esta interesante iniciativa en los siguientes museos: el Museo de Historia Natural, el Museo de Historia del Arte, el Palacio de Schönbrunn, el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo Leopold.

¡Buen provecho y buen viaje!”