El hotel está muy bonito , y las habitaciones son muy grandes y amplias , lo único malo es que sus regaderas a veces se tapan y se sale el agua , también si te toca una habitación en esquina la regadera tiene ventana y sientes que todos te ven. La cercanía tiene pocos restaurantes pero está la estación de trenes y es muy fácil moverse , estaría bien que su restaurante del bar , abriera también por la noche , porque cenar diario en Nobu es caro y a veces no hay lugar incluso para huéspedes , de todo lo demás su personal es demasiado amable , son excelentes todos , en especial Alfonso en recepción y Joaquín , también en recepción , los porteros son muy amables al igual que Jesus que es botones.