By Expedia Team, on February 24, 2020

El castillo de Peñíscola: guía para visitar el castillo del Papa Luna

“La provincia de Castellón queda a menudo ensombrecida por la popularidad de Valencia y las playas de Alicante, pero este rincón del Mediterráneo alberga lugares que os sorprenderán gratamente, como este pequeño pueblo costero de clima agradable y ambiente relajado. Su casco antiguo se levantó en una peña rodeada por casi todas partes por el mar, por lo que podríamos hablar de una especie de Mont Saint Michel a la española, y en la zona más alta se encuentra el magnífico Castillo del Papa Luna. Esta bella fortificación domina un pueblo encantador de callejuelas estrechas donde el tiempo parece haberse detenido en el siglo XV. Seguid leyendo si queréis saber los datos más interesantes para visitar el Castillo de Peñíscola.

Historia
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Después del papado de Benedicto XI, los cardenales organizaron un cónclave en 1305 para elegir a un nuevo Papa, que resultó ser Clemente V debido a la presión de Felipe IV, el rey de Francia. Dicho Papa no estaba presente en el cónclave, pero pidió ser investido en la ciudad francesa de Lyon en lugar de en Roma. Este Papa estuvo sujeto durante todo su pontificado a los caprichosos deseos de Felipe IV. No obstante, decidió reafirmar la independencia de la Santa Sede sin dejar de mantener el contacto con el monarca francés, así que en 1309 trasladó la Sede Papal a la ciudad de Aviñón. Así es como se inicia el período llamado Papado de Aviñón, una época durante la que siete Papas de Roma residieron en dicha ciudad.

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Tras el fallecimiento del Papa Gregorio XI, dieciséis de veintinueve cardenales se reunieron en cónclave en Roma para elegir a un sucesor. Presionados por el pueblo romano, que deseaba que la Santa Sede regresara a Roma, eligieron al arzobispo de Bari con el nombre de Urbano VI. Descontentos con esta elección, unos cuantos cardenales franceses se reunieron en cónclave en Aviñón, declararon nula la investidura de Urbano VI y eligieron a otro Papa, dando origen a la figura del “antipapa”. Este tomaría como residencia Aviñón, provocando así el “Cisma de Occidente” (1378-1417), ya que dentro de la Iglesia surgieron diversas facciones dependiendo de su lealtad a cada aspirante. Los antipapas de Aviñón fueron Clemente VII (1378-1394) y Benedicto XIII, nuestro Papa Luna (1394-1423). Este último fue expulsado de Aviñón, pues resultó no ser tan manejable como otros y, al ser aragonés, no debía lealtad alguna a Francia. Antes de huir tuvo que soportar un asedio de varios años en el palacio papal de Aviñón, durante los cuales compartió las mismas privaciones que los defensores de la fortaleza. En 1403 logró escapar de la ciudad a través de una abertura practicada en la parte baja de la fortaleza y huyó hacia territorio seguro disfrazado de fraile cartujo.

Benedicto siempre afirmó que su Papado era el válido porque él era el único Papa que había sido elegido cardenal antes del Cisma de Occidente y, en consecuencia, el único verdaderamente legítimo. En 1411 se trasladó a Peñíscola, en cuyo castillo instaló su corte y desde cuyos muros defendió ardorosamente su derecho al Pontificado. En 1415, Benedicto XIII fue condenado en el concilio de Constanza y acusado de ser hereje y antipapa, y se le depuso junto con el antipapa Juan XXIII (sí, llegó a haber tres Papas a la vez). El Concilio eligió a Martín V como sucesor. Sin embargo, el Papa Luna siguió gozando de la protección del rey de Aragón por motivos políticos, aunque había perdido ya su influencia. Murió en 1423, a los 94 años, en el castillo a donde había decidido trasladar su sede.

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Benedicto XIII no modificó en exceso la fortaleza, que había sido construida por los Templarios, pero sí que instaló en ella una de las bibliotecas más importantes del Mediterráneo. Algunas de las áreas donde más evidente es su impronta es la basílica papal, reconvertida para uso eclesiástico y donde sus restos descansaron algún tiempo; una estancia donde recibía a los embajadores, generales y gobernantes de toda Europa en visitas oficiales y desde la que se accede a un balcón con vistas al mar; y las estancias privadas del Pontífice, muy sencillas y carentes de lujo, pues siempre fue una persona humilde y enemiga del derroche.

Horarios, precios de las entradas y oficinas de venta
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Podéis encontrar la información detallada sobre horarios y precios en esta página web: https://www.peniscola.org/ver/5803/Informaci%C3%B3n-general.html

Curiosidades
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El sobrenombre de Papa Luna se debe a que este astro era su símbolo y ordenó colocarlo en todas partes en el Castillo de Peñíscola.

Se dice que la expresión “mantenerse en sus trece” nació en esta época debido a la tenacidad de Benedicto XIII en la defensa de la legitimidad de su Pontificado.

Cuentan que a veces se pueden escuchar los lamentos del Papa Luna, traicionado por su gran amigo y ministro Bonnefoi, quien lo abandonó llevándose gran parte de sus riquezas.

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