By Expedia Team, on December 6, 2019

Todo lo que puedes hacer en tu próximo viaje a La Habana

“La sal, el sol, el son, el ron. Y El Malecón, que también rima aunque no entre en ese juego de palabras monosílabas que nos sirven para introducirnos en el ambiente cubano y en su vibrante capital: La Habana.

Como si alguien hubiera detenido el tiempo en ella, justo después de prometerle que cambiaría todo con la revolución, La capital de Cuba es una ciudad hermosa y llena de contradicciones. Tanto, que a pesar de parecer estar rota y abordada por la tristeza, todos los colores vivos y pastel están allí presentes. Quizás, en parte por eso, uno podría pensar que es la capital con idioma español más bella de todas las habidas.

Por eso, en Expedia queremos que vayas, que la disfrutes y que siempre tengas ganas de regresar. A ella, a sus calles y a sus colores. Para ello, te queremos proponer una lista de cosas que deberías hacer si visitas La Habana. Da igual si no consigues hacerlo todo en un primer viaje, así siempre te quedan excusas para volver.

– Ver un atardecer desde El Malecón, con los pescadores de fondo y los niños saltando entre las rocas.
– Si hace viento, las olas romperán contra El Malecón, disfruta de ese momento y, por supuesto, fotografíalo, pues, al regresar a casa, seguro que querrás volver a tener esa imagen en la retina en más de una ocasión.GettyImages-1177004904.jpg?1576010590
– Hazte un favor y piérdete, a posta, por las calles de La Habana Vieja.
– Aunque te vaya a costar, disfruta de un viaje “detox digital” forzoso, ya que, como sabes, Internet en Cuba es un bien no muy accesible.
– Olvídate de la Coca-Cola y pide una Tukola, el refresco local más querido de todos.
– Maravíllate ante el Hotel Nacional de Cuba, el más legendario de la ciudad. Justo allí se reunieron los principales miembros de la mafia estadounidense en 1946.
– Prueba un buen plato de ropa vieja, la receta típica más representativa de Cuba, en alguno de los muchos y encantadores restaurantes del centro de la ciudad colonial. Por ejemplo, en el Café Laurent, mientras disfrutas de las impresionantes vistas.
– Date una vuelta en uno de los coloridos y llamativos “almendrones”, esos coches americanos de los años 50, directamente sacados de la Ruta 66.GettyImages-647622920.jpg?1576010681
– Disfruta de la arquitectura cubana en su máxima expresión y aprecia la belleza de edificaciones como el Edificio Bacardí, el Teatro América o el Teatro Fausto.
– Camina por el Paseo del Prado, una preciosa avenida plagada de artistas callejeros y vendedores.
– Aprende a regatear por casi todo. Es agotador, pero no hay otra manera de sobrevivir.
– Hospédate en un agradable hotel boutique de aspecto colonial, como el Aimara’s Hotel Boutique.
– Escucha a algún músico interpretando canciones de Chavela Vargas en la Plaza de la Catedral.GettyImages-1174367611.jpg?1576010814
– Toma un taxi colectivo, como hacen los autóctonos, y siéntete un auténtico ciudadano del mundo.
– Haz una visita guiada con algún experto en historia y descubre que, en realidad, no sabes nada acerca de ese país hermano.
– Prepárate para enfrentarte al calor húmedo y para la vida calmada.
– Toma cada día mariquitas: snacks de plátano frito -si son con azúcar y canela, mejor que mejor- y pensar que podrías comerlo para siempre.
– Siéntate en un banquito en la Plaza de Armas y dedícate a ver qué ocurre a tu alrededor.
– Toma un mojito , o varios, en la Bodeguita del Medio. Se trata de un pequeño establecimiento cerca de la Plaza de la Catedral, en el que sirven el mojito más famoso del mundo, pues fue allí donde se inventó esta dulce y agradable bebida.
– Haz lo propio en el siempre animado Floridita, pero cambiando el mojito por un daiquiri. Siguiendo, así, la ruta de esa particular afición que sintió Ernest Hemingway, el autor de “El viejo y el mar”, y de quien nos ha quedado una frase con mucho sabor habanero: “Mi daiquirí en el Floridita, mi Mojito en la Bodeguita”.GettyImages-629477960.jpg?1576010856
– Si la Bodeguita está muy concurrida, que suele ser que sí, puedes tratar de probar mojitos en otros lugares, como en el Bar Dos Hermanos o en La Flauta Mágica.
– Y si eres muy fan de Hemingway, toma algo en el bar del Hotel Ambos Mundos, donde el estadounidense se alojó durante un tiempo.
– Cómete un helado en la famosa heladería Coppelia.
– Aprende la diferencia de uso de las dos monedas oficiales: el CUP, peso cubano y el CUC peso convertible, destinado a los extranjeros.
– Acércate hasta su popular Barrio Chino y déjate sorprender por sus callejuelas. Mucho se habla de la mezcla de africanos y españoles con los autóctonos, pero lo cierto es que la presencia china también tiene una fuerte huella en la isla.
– Una vez allí, ve a comer a La flor de Loto, uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad, por lo que, mejor, llega con tiempo o prepárate para esperar.GettyImages-1030585012.jpg?1576010915
– Ve a bailar salsa a algún club. Aunque no sepas bailar.
– Visita el famosísimo mural del Che Guevara, en la impresionante Plaza de la Revolución, que fue concebida en los años 20 por Jean-Claude Nicolas Forestier.
– Quédate sin palabras ante cada uno de los espectáculos musicales callejeros con los que te irás topando.
– Recorre el callejón de Hamel, donde la cultura afrocubana se muestra en todo su esplendor. Lo disfrutarás, especialmente, si tienes predilección por el street art.
– Ve a contemplar, por ti mismo, las similitudes entre el Capitolio de La Habana, uno de los símbolos de la ciudad, y el de Washington, en el que está, claramente, inspirado.
– Por último, intenta descubrir tu propia versión de La Habana y disfrútala.
– ¡Aaaaaazúcar! GettyImages-956458848.jpg?1576010994