By Expedia Team, on December 6, 2019

Qué ver en Funchal

“Situar Funchal en el mapamundi no suele ser tarea fácil, pues la capital del pequeño archipiélago de Madeira, ubicada en algún punto en el gigantesco Océano Atlántico, emerge como un punto minúsculo en esa azul inmensidad.

Es el núcleo urbano más importante de la Portugal insular, formado por Madeira y Azores. Y, a pesar de ello, poca información hay sobre este rincón portugués. Por eso, en Expedia, queremos ayudarte a situarla en el mapa, sin que un ápice de duda aparezca por tu mente y, por supuesto, tenemos toda la intención de generarte muchísimas ganas de ir a conocer esta espectacular isla y su curiosa capital.

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A Funchal se puede llegar o por aire, o en crucero. Por supuesto, lo más rápido y barato es en avión y, saliendo desde Lisboa, en tan solo hora y media uno está ya aterrizando en el impresionante Aeropuerto Internacional de Madeira Cristiano Ronaldo. Impresionante porque se encuentra tan cerca del mar que sobrecoge y porque se dice de él que es una de las pistas de aterrizaje más famosa del mundo debido a su complejidad.

Una vez allí, y con los pies en la tierra, lo mejor será alquilar un coche para poder moverte libremente por la ciudad y por la isla.

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A priori, uno podría pensar que Funchal es, más bien pequeña, pero con unos 112.000 habitantes y, tras contemplar las incontables hileras de casitas con rojizo tejado, que se asoman al mar en forma de anfiteatro cuyo escenario es el océano; uno debe cambiar el prejuicio del diminuto adjetivo mental que tenía preparado para describirla y buscar uno mucho más formidable.

A 1000 kilómetros de Portugal y a 500 de la costa de África, la capital isleña abarca la mayor parte de la vida social y cultural de este pedazo de tierra volcánica que emerge en el frío Atlántico Norte. Fue fundada, allá por el siglo XV, por los portugueses, y pasear por su Zona Velha es hacerlo, también, por su historia. Atravesando antiguas callejuelas de adoquines blancos y negros, tan típicos del país luso, llegamos hasta su catedral, uno de los edificios más antiguos de Madeira y que fue erigida como símbolo de aquella colonización imperial.

Su exterior gótico, de líneas sencillas, prácticamente, no tiene ornamentación; en cambio, el interior se muestra más opulento y lujoso, ya que la iglesia cuenta con numerosos tesoros traídos, en el siglo XV, directamente de la corte del rey Manuel I.

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Repleta de bares, restaurantes, tiendas y galerías de arte, la famosa Rua de Santa Maria recibe al paseante de manera artística, pues las puertas de los diferentes negocios y edificios han sido decoradas por artistas locales.

Una parada más que obligada, especialmente para aquellos que aprecian el buen vino, es visitar Old Blandy’s Wine Lodge, una bodega que se ubica en uno de los rincones más particulares de la capital madeirense: las Adegas de Sao Francisco.

Cabe destacar que es la bodega más antigua de Madeira y uno de los orgullos locales. No se trata, pues, de una bodega cualquiera, sino que se encuentra en el interior de un antiguo monasterio. Y, en su interior, el olor amaderado de las barricas es capaz de transportarnos a otra época, mientras el sabor del vino lo invade todo.

Tras la cata de vino, llega el momento de seguir buscando el alma colonial de Funchal, por ejemplo, en el tradicional Mercado dos Lavradores, donde se puede disfrutar de una agradable estampa de la vida cotidiana de la ciudad, donde compradores, vendedores, productos de calidad y un espacio lleno de vida y música, se convierten en uno de los lugares más entrañables para el visitante en Funchal.

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Pero es, sin duda, la visita al Barrio de Monte la parte más intensa del día, pues, para llegar, lo mejor es montar en teleférico y, así, desde arriba y en movimiento, podrás aprovechar para echar un vistazo algo diferente a la ciudad. Una vez en las alturas, una visita al Jardín Botánico o a la Igreja do Monte antes de iniciar la bajada de una curiosa manera: poniendo toda tu confianza en los tradicionales carreiros.

Dicho oficio se remonta a hace dos siglos y el servicio que ofrecen es tan sencillo como llevarte cuesta abajo, a toda velocidad, hasta la zona baja de la ciudad, simplemente, sentados en sus cestos de mimbre y ayudándose de sus propios zapatos con suela de goma de neumático, en caso de que sea necesario frenar. Una experiencia adrenalínica que sólo podrás tener en suelo funchalense.

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Madeira cuenta con un clima más que amable, que se mantiene durante todo el año. Las temperaturas suelen oscilar entre los 25º estivales y los 17º del invierno, y fruto de ello son las variadísimas plantas y flores autóctonas de la isla que, con sus mil colores y formas exóticas, deleitan nuestra vista. Por ello, visitar los jardines de la ciudad, servirán para acercarnos a ese exotismo tropical tan singular de este archipiélago. Uno de los más interesantes es el Jardín Panorámico que, desde el centro de Funchal, ofrece una insuperable vista del colosal azul atlántico.

Por supuesto, tratándose de una isla a la que denominan “Jardín Flotante”, ¿quién podría querer perderse un paseo por alguna de sus playas tropicales? Aunque, ¡atención, viajero!, si lo que buscas es la típica playa paradisíaca de blanca arena fina y agua color turquesa, Madeira no te dará la oportunidad de satisfacer ese deseo. En su lugar, podrás disfrutar de algunas de las mejores playas de arena negra de todo el Atlántico, gracias a su origen volcánico. Además, sus rocosas costas han creado algunas de las más fascinantes piscinas naturales que uno puede encontrar.

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En la bahía de Funchal, se encuentra la Praia Formosa, uno de los lugares de veraneo más visitados de la isla y un claro ejemplo de esas playas de arena volcánica. Aunque, el verdadero icono de las islas es la Praia da Fajã dos Padres, en la costa sur de la isla. Un lugar salvaje, extraordinario y colorido, cuyo acceso es tan complicado que hasta han tenido que construir un ascensor para llegar hasta ellas. Sí, has leído bien, un ascensor que conecta la parte alta del acantilado con esta icónica playa.

Como puedes ver, sin lugar a dudas, Funchal es un destino verdaderamente recomendable, si lo que quieres es toparte con un destino insular y con mucho carácter, encuentra tu hotel en Funchal y disfruta de este viaje único.”