By Expedia Team, on November 28, 2019

Los pueblos con más encanto de Menorca

“Hay lugares que, sin importar cuántas veces se visiten, se quedan grabados a fuego en la memoria y al recordarlos sentimos la necesidad de regresar a ellos. La isla de Menorca, con su belleza, su variedad de ambientes y la amabilidad de sus gentes tienen lugares de sobre que seguramente añadiremos a la lista de nuestros destinos favoritos. Esta isla, declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco desde 1993, no solamente llama la atención por sus paisajes y sus hermosas calas, sino también por los bonitos pueblos del interior y las aldeas de pescadores que encontramos en sus costas, cada uno de ellos con un encanto único. Acompáñanos a descubrir los pueblos más bonitos de Menorca, donde podrás escapar del mundanal ruido y conectar con la esencia de los isleños al ritmo que marca el calmado mar Mediterráneo.

Fornells
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Situada al norte de Menorca, este encantador pueblo costero mantiene muy viva la tradición de la pesca y es el sitio perfecto para degustar platos de pescado y marisco. Muchos dicen que la caldereta de langosta es su plato estrella. Aquí también podréis visitar la Torre de Fornells, construida por los ingleses a principios del siglo XIX y que os ofrecerá unas vistas excelentes de los alrededores. En las cercanías tenéis algunas calitas que podéis ojear, como la de Cavalleria o la de Tirant.

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Mahón
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La capital de la isla es uno de los sitios que no podéis dejar de visitar, pues es conocida por sus casas de estilo británico y georgiano. Además, es un pueblo muy tranquilo y apacible. Su puerto está considerado como uno de los mejores del mundo, y entre los lugares que podemos visitar están la Fortaleza de la Mola, el Ayuntamiento, la Iglesia de Santa María y el Museo de Menorca. En septiembre se celebran las fiestas en honor de la Virgen de Gracias, con verbenas, procesiones y música.

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Binibeca Vell
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Este precioso laberinto de estrechos pasillos de paredes blancas y empedrados hará las delicias de más de un paseante, que disfrutará no sólo de la calma del lugar sino también del amoroso arrullo del mar de fondo. A pesar de las apariencias, no es antiguo, sino moderno, ya que se construyó expresamente para que pareciera un pueblo pesquero auténtico. Antiguo o no, merece la pena perderse en sus callejuelas que no decepcionan a nadie.

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Alaior
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Se trata de un tranquilo pueblo donde la arquitectura tradicional menorquina es la gran protagonista. Además, la comida que se puede encontrar aquí es francamente deliciosa. Entre sus especialidades podremos degustar el queso de Menorca, pero también encontraremos gran variedad de sabrosos embutidos. Es perfecto para tapear, pasear y mezclarse con los habitantes.

Es Mercadal
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Lo más importante de este pueblo es que está muy cerca del punto más alto de la isla, el Monte Toro. El paisaje hace de este lugar un espacio único. No os podéis perder la ermita de la Virgen del Toro, patrona de esta hermosa isla. En este pueblo hay una famosa dulcería artesanal, Cas Sucrer, donde podéis degustar alguna de las especialidades tradicionales de la isla. Si tenéis la suerte de aparecer por aquí a finales de julio tal vez podáis disfrutar del espectáculo de las fiestas de San Martín, en las que los caballos bailan al ritmo de la música.

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Sant Lluís
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Los amantes de la historia encontrarán muy interesante la visita a este pueblecito de fachadas encaladas, ya que se trata de uno de los restos más tangibles de la dominación francesa en Menorca. Fue construido por los franceses con un particular trazado hipodámico para alojar a sus tropas. Los lugares más destacables son la iglesia dedicada a Luis IX y el antiguo Molí de Dalt, un molino de trigo que hoy en día es el museo etnológico. También os podéis acercar a las calas de Biniancolla y de Punta Prima, cuya belleza bien merece una visita.

Es Castell
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Se encuentra en el extremo este de Menorca. La principal particularidad de este pueblo es el aspecto militar de algunas casas, ya que durante el siglo XVI sus habitantes debieron hacer frente a los ataques de los piratas. La influencia británica es aún palpable en muchas de sus calles, y cuenta con diversos lugares de interés, como La Mola, el Castell de Sant Felip, la Torre d’en Penjat y el Fuerte Marlborough.

Ferreries
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Ubicado entre los pueblos de Ciutadella y Es Mercadal, esta población es una de las más encantadoras de la isla de Menorca. Entre los sitios que se pueden visitar, destaca el Castillo de Santa Águeda, donde residieron los últimos señores moros de la isla, además de la Plaza de España, donde los sábados se celebra un mercadillo de artesanía, y la Iglesia de Sant Bartomeu. Si después de visitar el pueblo os apetece un baño, podéis ir a las calas de Mitjana y de Galdanas, o si preferís hacer senderismo podéis explorar el Barranco del Algendar.

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