Estar en la Place Royale, una célebre plaza empedrada rodeada de edificios de los siglos XVII y XVIII, es como retroceder en el tiempo. Se considera la cuna de la América francesa, ya que el primer asentamiento francés se estableció en este mismo lugar en 1608.
La Place Royale fue el emplazamiento del mercado central durante más de 200 años, por lo que constituía el centro de la actividad comercial de la ciudad. En los primeros tiempos, también era el lugar donde se ajusticiaba a los reos. En la década de 1880, tanto la plaza como sus casas cayeron en deterioro, pero fueron restauradas o reconstruidas entre los años 1960 y 1980.
Para conocer el patrimonio quebequense, puedes hacer una visita guiada a esta preciosa placita, bautizada en honor del rey Luis XIV. De hecho, el busto que la decora es una réplica que representa al Rey Sol. La escultura original de bronce se retiró en 1700 y acabó desapareciendo tiempo después. La actual es de 1928.
Domina la Place Royale la Iglesia de Notre-Dame-des-Victoires, que es una de las más antiguas de la ciudad y se erigió justo sobre el lugar donde se encontraba el primer asentamiento de la ciudad. En su interior podrás admirar obras de arte y su altar con forma de fortaleza.
Para ahondar en la historia de la plaza, visita el centro de interpretación de la Place Royale, que depende del Museo de la Civilización. Se encuentra en un lugar donde se han hallado objetos con 5000 años de antigüedad, algunos de los cuales se encuentran expuestos. Entre otras cosas, es posible disfrutar de una película en 3D sobre la vida de Samuel de Champlain, fundador de la ciudad.
Desde la plaza, podrás llegar dando un breve paseo hasta la casa Chevalier, un edificio del siglo XVIII situado en la Rue du Marché-Champlain. Anteriormente, en ella estaba el hotel The London Coffee House, frecuentado por oficiales de la Marina y comerciantes. Actualmente, la casa y los dos edificios adyacentes los ocupa un museo gratuito, donde podrás ver exposiciones sobre arquitectura quebequense y objetos procedentes de los archivos del Museo de la civilización. Para concluir la visita, pásate por alguno de los pequeños cafés o restaurantes de las estrechas calles empedradas que flanquean la plaza.
La Place Royale, situada en la parte baja de Quebec, se encuentra a poca distancia a pie del barrio del Vieux-Port y de la terminal del funicular. Además, se encuentra comunicada por la red de autobuses urbanos.
