El hotel está muy bien cuidado, con unas habitaciones amplias y limpias. La nuestra tenía un pequeño jardín privado que daba a una piscina que compartía con otras dos habitaciones. Luego también tienen la piscina común, limpia pero con exceso de cloro. Las instalaciones del hotel están bien en general pero la atención a los clientes por parte de los camareros deja bastante que desear. No se te acercan ellos a ti, tienes que perseguirles para que te atiendan. En una cena que hicimos en el hotel, nos sirvieron los platos principales, que no era mucho, y luego nos dijeron, a las 21.50 que ya no nos servían el postre (un helado) porque cerraban a las 22.
En cambio, el servicio de limpieza de habitaciones y mantenimiento sí trabajaba bien. Los camareros muy mejorables.
El hotel está situado a las afueras de la ciudad, cuidado con los taxis, especialmente desde el aeropuerto porque tienden a timarte. Cuando llegues contrátalo de antemano porque si no te cobran lo que les dé la gana. El Barrio donde está situado el hotel es bastante deprimente pero el hotel en sí merece la pena siempre y cuando mejoren su servicio de camareros.