Me gusto todo, primero en el sitio tan peculiar que esta, en pleno centro, tienes la catedral, la seta justo al lado, bares para comer y todo en la misma calle, las tiendas todo todo....la ubicación perfecta, la recepción y la recepcionista mejor imposible, nos toco una joven que era un encanto, muy amable , la habitación era pequeña pero muy acogedora, muy limpia y muy moderna.
A la salida nos guardaron las maletas alli un recepcionista muy amable tambien para que no tuvieramos que ir hasta el coche con ellas....
Si tengo que poner alguna pega es que las almohadas son bastantes incomodas, estas en el colchón prácticamente son muy blanditas