La fachada en mármol rosado del Palacio Ducal (Palazzo Ducale), del sigloXIV, es una de las imágenes más sorprendentes de la Plaza de San Marcos. Las logias con arquerías y las almenas apuntadas que coronan sus muros como si se tratase de una fortaleza le otorgan una sensación de riqueza y poder, que impresiona a quienes se aproximan a Venecia por mar. Un edificio construido para impactar, pensado hasta el último detalle, desde la imponente decoración del Salón del Gran Consejo hasta las lujosas estancias privadas.
Comienza la visita por el patio, con sus altísimas logias de mármol. Este espacio abierto se encuentra vigilado por estatuas de Marte y Neptuno, encaramadas en lo alto de los escalones blancos de la Escalinata de los Gigantes.
El sistema de elección de los gobernantes de Venecia se mantuvo vigente desde el sigloVII hasta el XVIII. A medida que recorras el palacio, te darás cuenta de que dichos gobernantes, conocidos por el título de "Dux", vivían rodeados de lujos. Podrás admirar las salas adornadas con frescos, pinturas y espléndidas chimeneas. Todavía conservan el mismo aspecto que lucían en los tiempos en que Venecia se conocía como la República Serenísima. Alza la vista y no te pierdas los artesonados de madera tallada, auténticas obras de arte.
Si asciendes por la Escalera de Oro, llegarás al Salón del Gran Consejo, la más espaciosa e impresionante de las salas. Admira el Paraíso, la colosal pintura de Tintoretto que cuelga detrás del trono. Las paredes de todas las demás salas de las Cámaras Institucionales están decoradas con más óleos, frescos y esculturas de Tintoretto y otros artistas.
Busca la celda donde estuvo prisionero Casanova, el legendario conquistador. Se encuentra unida al palacio por el Puente de los Suspiros. Según cuenta la leyenda, el puente recibe este nombre porque aquí es donde los reclusos suspiraban por última vez viendo la ciudad antes de ser encarcelados.
El palacio abre todos los días y, en verano, el horario de apertura es más amplio. Hay disponibles audioguías de alquiler. Si te apetece visitar las salas en profundidad y quieres esquivar las colas, plantéate reservar una entrada a la visita guiada de los Itinerarios Secretos del museo (tendrás que pagar una tarifa extra). Esta visita te permitirá conocer estancias que generalmente permanecen cerradas al público. El café del museo dispone de unas excelentes vistas a la Plaza de San Marcos.