El monumento a Los Raqueros es una fascinante obra de arte pública dedicada a los niños de la ciudad que tuvieron que trabajar en los muelles para ganarse la vida, una visita de lo más curiosa de los viajes a Santander. Los raqueros sobrevivían de revolver en la basura o cometer pequeños delitos antes de sumergirse en el agua para recoger sus propinas, a veces incluso entre los dientes. La escultura que les rinde homenaje permite reflexionar sobre las vidas trágicas e inusuales de estos muchachos.
No pierdas la oportunidad de sacar fotos de este monumento fascinante compuesto por cuatrofiguras de bronce de niños pequeños. Una de ellas observa a otra zambullirse en el agua, mientras que las dosrestantes permanecen sentadas en el muelle. Desde allí es posible disfrutar de vistas excelentes de la bahía de Santander y contemplar los barcos que surcan las aguas de la costa.
Te recomendamos llegar temprano por la mañana para poder sacar las mejores fotos de la escultura sin gente alrededor, algo que puede ser difícil por la tarde. Acércate a leer la breve historia de los raqueros, que se expone en una placa conmemorativa.
El monumento está situado en el animado paseo de Pereda, el cual conduce a los jardines del mismo nombre y se encuentra bordeado de bellos edificios con impresionantes adornos de piedra, ventanales y terrazas. Si te quedas hasta el atardecer, disfrutarás de una puesta de sol espectacular.
El escritor local del sigloXIX José María de Pereda inmortalizó a los raqueros en algunas de sus obras de ficción. Como dato curioso, los santanderinos aún utilizan el término "raquero" para referirse a determinados tipos de trabajadores manuales y miembros de los estratos más bajos de la sociedad.
El monumento a Los Raqueros está situado en el lado este del paseo de Pereda, en el centro histórico de Santander. Para llegar, puedes coger un autobús hasta una parada de los alrededores o caminar unos 15minutos en dirección este desde la estación de trenes. Aprovecha para visitar también otras atracciones de la zona, como los jardines de Pereda, el Centro Botín y la catedral de Santander.