Disfruta de un día de diversión y relax en La Arrabassada. Esta larga bahía de 550 metros de longitud es muy popular entre las familias por la tranquilidad de sus aguas y por su arena dorada. De hecho, todo el margen mediterráneo de Tarragona se denomina en catalán Costa Daurada, la “costa dorada”.
Trae una toalla y un libro, y descansa sobre la suave arena. La playa se limpia con regularidad y disfruta del certificado europeo Bandera Azul por la seguridad y calidad de sus aguas, que se mantienen serenas durante la mayor parte del año. El desnivel del lecho marino es aquí muy suave, con un mar poco profundo perfecto para niños y nadadores sin experiencia. Y cuenta con una plataforma flotante con un tobogán desde el que puedes zambullirte en el agua.
Después, quizá te apetezca recorrer el bonito paseo marítimo, que abarca toda la playa. Cuando quieras descansar un rato del sol, puedes refrescarte con una bebida en una de las cafeterías.
Los viajeros más activos preferirán visitar la pequeña península situada entre La Arrabassada y la vecina playa de La Savinosa. Tus pasos te llevarán hasta un sanatorio abandonado que data del año 1929. El complejo hospitalario incluye el edificio principal, una capilla y varias calles, plazas y fuentes, y su objetivo original era el cuidado de pacientes con tuberculosis. Posteriormente se utilizó como orfanato bajo el régimen autoritario del dictador Francisco Franco. El lugar cerró sus puertas en los años setenta y, desde entonces, permanece abandonado. En la actualidad se halla rodeado por una cerca.
El suave clima de Tarragona permite disfrutar del mar de junio a septiembre. Entre otros servicios, la playa cuenta con baños, chiringuitos y duchas. La Arrabassada se encuentra a menos de tres kilómetros del centro de la ciudad. Si no te apetece caminar, puedes llegar en taxi o coche. Encontrarás una zona de aparcamiento cerca de la playa. También se puede llegar en transporte público. Hay varias rutas de autobuses que paran allí.