Da igual desde qué ángulo te acerques a la Plaza de San Marcos, si hace buen día verás brillar a la luz del sol las agujas doradas de la Basílica de San Marcos (Basilica di San Marco). Por eso los venecianos la llaman la Chiesa d'Oro (la Iglesia de Oro). A medida que te vayas aproximando, distinguirás la multitud de esculturas, relieves y mosaicos que adornan profusamente la fachada. Este templo constituye un espectacular ejemplo de arquitectura bizantina.
Antes de entrar, dedica unos instantes a contemplar las tallas románicas que adornan los arcos situados alrededor de la portada principal. El arco del medio presenta figuras alegóricas de los meses y los signos del zodiaco, mientras que los exteriores representan los oficios de los venecianos. Encima de la portada, a mano izquierda, encontrarás el mosaico titulado El traslado del cuerpo de San Marcos a la Basílica, que relata cómo los restos del evangelista fueron robados de Alejandría para traerlos hasta aquí en el año 828.
Cruza las puertas de bronce y llegarás al nártex o vestíbulo, decorado con escenas del Antiguo Testamento, que figuran entre los mosaicos más antiguos del templo. Prepárate para sorprenderte cuando accedas al espacio principal de la basílica, que tiene planta de cruz griega. El interior está revestido por más de 8.000metros cuadrados de mosaicos con incrustaciones de oro de 24quilates, que se extienden desde el suelo hasta el techo. Dos de las imágenes más conocidas son la de los Apóstoles con la Madonna, situada junto a la puerta principal, y la Ascensión, en la cúpula central.
En la parte posterior del templo te esperan sus tesoros más valiosos. Detrás del altar, que contiene los restos de San Marcos, está la Pala d'Oro, el retablo de oro del altar. Cuenta con miles de piedras preciosas incrustadas rubíes, esmeraldas y perlas, que representan imágenes de los santos.
En el tesoro de la basílica encontrarás un montón de objetos obtenidos como botín de las cruzadas que Venecia organizó contra Constantinopla (la actual Estambul). También verás reliquias de distintos santos, incluso un mechón de cabello que, en teoría, perteneció a la Virgen María.
La Basílica de San Marcos abre todos los días, pero los domingos tiene un horario reducido. La entrada es gratis, salvo para determinadas áreas, como el tesoro, para las cuales se cobra una pequeña tarifa. Desde abril hasta octubre hay visitas guiadas gratuitas disponibles todos los días salvo los domingos y festivos nacionales.