La iglesia de San Jorge el Mayor se alza sobre una isla situada en la ensenada de San Marcos, enfrente de la Plaza de San Marcos. Desde la isla podrás contemplar una de las mejores vistas de Venecia y además gozar de un magnífico ejemplo de la arquitectura renacentista.
La iglesia fue diseñada por el famoso arquitecto italiano Andrea Palladio. Su construcción finalizó en 1610 y destaca por ser un ejemplo clásico de arquitectura renacentista, elaborado con mármol, fachada a dos alturas y altísimas columnas simétricas. En el interior, los ventanales vierten un torrente de luz para iluminar los elevados arcos y la sencilla decoración, basada en losas de colores blanco y terracota. Los ventanales toman como modelo diseños que caracterizaban muchas casas de baños romanas.
No te vayas sin admirar las pinturas que decoran las paredes del templo y sus diversas capillas. Entre las más conocidas figuran La adoración de los pastores de Jacopo Bassano y La última cena y la Recogida del maná, cuyo autor fue Tintoretto.
Si te apetece maravillarte con un panorama encantador, toma el ascensor y sube al campanario. Desde esta privilegiada atalaya puedes aprovechar para sacarle unas cuantas fotos a la antigua y hermosa ciudad de Venecia. La panorámica en 360grados recorre los importantes monumentos que hay al otro lado de la bahía, alrededor de la Plaza de San Marcos, incluida la Basílica de San Marcos y su altísimo campanario, así como el Palacio Ducal.
Antes de marcharte, echa un vistazo al lateral de la iglesia. Encontrarás un pequeño embarcadero, un escenario de lo más pintoresco.
Para ir a la Iglesia de San Jorge el Mayor, súbete a la línea2 del vaporetto (el autobús acuático) desde el muelle de San Zaccaria, situado a pocos minutos a pie al este de la Plaza de San Marcos. El trayecto cruza la bahía en línea recta no tardarás más que unos minutos. Eso sí, verlo todo con tranquilidad te llevará unos 45minutos. La iglesia abre todos los días y los domingos puedes asistir a los oficios religiosos. La entrada al templo es gratuita, pero sí hay que abonar una pequeña tarifa para subir al campanario.