La ubicación del santuario de Asakusa, justo detrás del templo budista Sensoji, permite apreciar con detalle las diferencias entre las dos religiones principales de Japón, el sintoísmo y el budismo. Visítalo en mayo si quieres asistir a uno de los festivales más importantes de Tokio, el Sanja Matsuri, un complejo evento que dura tres días.
Conocido también como “Sanja-sama”, o “santuario de los tres dioses”, Asakusa se construyó en 1649 para honrar la memoria de los tres pescadores que fundaron Sensoji. Originalmente, el santuario formaba parte del templo, pero se estableció como edificio independiente hace más de 100 años. Se trata de una de las pocas construcciones históricas que resistieron los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, y el Gobierno japonés la nombró “Propiedad Cultural Importante” en 1951.
Las dos esculturas komainu, mitad león, mitad perro, que guardan la entrada son un elemento habitual de los santuarios sintoístas. Si te fijas, verás que una tiene la boca abierta y la otra cerrada. El animal de la boca abierta está pronunciando la “a”, la primera letra del alfabeto sánscrito. El de la boca cerrada está pronunciando la última letra, “um”. Juntos, los dos sonidos representan el principio y el fin de todas las cosas.
Aunque el santuario es uno de los más famosos de Tokio, muchos turistas prefieren visitar Sensoji, más grande y llamativo. En consecuencia, Asakusa disfruta siempre de un ambiente más tranquilo. Dedícale tiempo y contempla sus líneas delicadas. El recinto se construyó siguiendo la arquitectura gongen-zukuri, y sus sencillos edificios presentan un diseño en forma de “H” y numerosas tallas ornamentales.
El santuario se llena de actividad en mayo, durante el Sanja Matsuri, que atrae a más de millón y medio de lugareños y turistas. Durante este festival, llegan aquí más de 100 santuarios portátiles, o mikoshi, desde las zonas vecinas para recibir la bendición. Merece la pena recorrer las calles y ver cómo desfilan los santuarios por sus respectivos barrios repartiendo buena suerte y prosperidad a los residentes.
El santuario de Asakusa abre todos los días y la entrada es gratuita. La estación homónima está muy cerca, por lo que puedes llegar andando desde allí.