Sintra es una región montañosa que se encuentra a pocos minutos en tren de Lisboa. Te sorprenderán sus castillos moriscos, sus palacios reales, sus edificios aristocráticos y sus refinados jardines. A escasos 30 minutos en coche de Sintra se encuentra la playa de Adraga, famosa por sus restaurantes y terrazas, que además sirven un delicioso marisco.
Comienza tu viaje en Sintra por el Palacio nacional de Sintra, ubicado cerca del centro de la localidad. No tardarás en localizarlo, puesto que sus dos chimeneas cónicas no pasan desapercibidas. Explora los mil años de historia de este palacio, una construcción que data de la época morisca y que presenció el encarcelamiento del rey loco, Alfonso VI, en el siglo XVII. Admira su particular estilo morisco, que se combina a la perfección con una ornamentación a base de azulejos geométricos.
Pasea por el famoso Palacio da Pena, un palacio del siglo XIX que, entre otras cosas, destaca por ubicarse en lo alto de la colina de Sintra y presentar un color en rosa y amarillo. Descubre sus opulentas salas, de original estilo eduarniano y victoriano tardío, sus obras pictóricas y su decoración. El palacio se encuentra rodeado de un parque arbolado que se creó por mandato de Fernando II. Aquí podrás admirar árboles exóticos de Japón, Australia, China y Norteamérica.
Visita el castelo dos Mouros, otra construcción del siglo XIX. Se encuentra al sur de Sintra y permite disfrutar de fascinantes panorámicas sobre los palacios de Sintra. El rey Fernando II, amante de la historia medieval, restableció el castillo en el siglo XX.
Cada uno de los muchos edificios históricos que decoran Sintra gozan de su propio estilo y encanto. Acércate al Palacio nacional de Queluz y el Palacio Monserrat, una ecléctica construcción del siglo XIX.
Recorre sus diminutas salas, construidas a base de corcho en el convento dos Capuchos. Te sorprenderá el pintoresco bosque que rodea el convento, así como mesas y sillas talladas en piedra.
Aprovecha para perderte por el parque nacional de Sintra-Cascais, ya sea a pie, en bicicleta o a caballo. Continúa tu recorrido hacia el oeste hasta llegar a la costa, donde podrás animarte a practicar surf y degustar su delicioso marisco. La zona es conocida por los percebes y otros mariscos frescos. Eso sí, no te olvides de admirar sus espectaculares atardeceres, especialmente desde las terrazas de la playa de Adraga.
