Tuve bastante dificultad para ubicar el hotel, porque no existe señalización clara, pero creo que ese problema lo tienen muchos hoteles en la isla, más aún porque el parqueadero público cercano está separado por una calle y varios locales. Luego de registrarme con mi esposa, me asignaron una habitación horrible, estrecha, oscura, con un baño defectuoso. Al día siguiente me ayudaron con el cambio a una nueva habitación, que aunque igual o más pequeña que la anterior, tenía mejor iluminación. Me indicaron que por el precio que pagué, ese era el tipo de habitación, un estudio. El desagüe de la ducha resultó tapado, inundándose todo el piso del baño, pero lo arreglaron rápidamente. Supongo que este y todos los demás hoteles cercanos, implican subir y bajar mínimo 100 escalar para desplazarse a cualquier sitio desde la habitación, debido a las características del terreno. La vista a la caldera era increíble y el sendero que atraviesa la isla se encontraba a un minuto del hotel, subiendo algunas escaleras. El desayuno es promedio, suficiente pero nada especial y cerca a la hora de su cierre, no reemplazan los alimentos que se van agotando, lo que exige ir temprano.