La plaza San Carlo es el lugar ideal para pasear y contemplar las características de la típica ciudad clásica italiana o para sentarse en una de las terrazas a disfrutar de un buen cappuccino. Desde su construcción a mediados del siglo XVII, ha sido un lugar de reunión habitual para los turineses. Se encuentra al sur del centro de Turín. En el centro de la plaza hay un monumento impresionante de Emanuele Filiberto, duque de Saboya durante el siglo XVI.
Si te acercas a la plaza por la mañana podrás degustar uno de los deliciosos cafés de sus históricas cafeterías, el Café San Carlo y el Café Torino. Durante siglos tanto aristócratas como políticos de la región acudían a estas cafeterías de forma habitual. Hoy en día aún conservan una elegancia majestuosa.
Si te pierden los dulces, no dejes de visitar la Confetteria Stratta, que lleva más de un siglo ofreciendo deliciosos postres o meriendas a todo el que pasa por la plaza. También encontrarás muchas tiendas en la plaza, principalmente boutiques de firmas internacionales.
En la parte suroeste de la plaza se alzan las dos iglesias, Santa Cristina y San Carlo. Las llaman las “iglesias gemelas”, pero sus fachadas son distintas: cada una representa el estilo arquitectónico de su época. Ambas se pueden visitar.
Durante la noche las luces de la plaza se encienden y muchas personas se acercan a ella. Los palacios y edificios que rodean la plaza reciben una iluminación muy elegante desde la parte inferior. Si tienes hambre o quieres tomar algo, encontrarás restaurantes y bares en las inmediaciones de la plaza.
La plaza San Carlo se encuentra en una de las arterias principales de Turín, la Via Roma. No se permite el acceso de vehículos a la plaza, para que los niños puedan pasear de forma segura. En sus alrededores encontrarás otras atracciones turísticas, como el Museo Egipcio, por lo que la plaza es un lugar de paso ideal para tomar un café o hacerse una foto.