Rodeado por la orilla occidental del río Po, entre el puente Principessa Isabella y el puente Umberto I, el parque del Valentino es un antiguo coto de caza de la familia real. El parque se inauguró en 1630 y fue el primer jardín público de la ciudad. Algunas partes fueron rediseñadas por un arquitecto paisajista francés en 1864. El Valentino es el segundo parque más grande de Turín, con unas 55 hectáreas de superficie. Es un lugar ideal para disfrutar de unos momentos de tranquilidad, ya que está repleto de historia y de una interesante flora.
El parque del Valentino también es un punto de encuentro para ciclistas, amantes del deporte al aire libre o amigos que se reúnen para celebrar un picnic. Es precioso tanto bajo el sol del verano como en invierno, cuando suele cubrirse de nieve. Descubre las numerosas fuentes repartidas por todo el parque. La Fontana dei Dodici Mesi es la más bonita, sobre todo en invierno, cuando se hielan sus aguas.
Acércate al Jardín Botánico de Turín, que se encuentra junto al castillo del Valentino y pertenece al Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Turín. Los nítidos diseños geométricos difieren mucho del resto del parque del Valentino. Este es el segundo herbario más grande de Italia.
Si quieres sacar una buena fotografía, camina hasta el jardín rocoso. Creado en 1961 y ampliado desde entonces, el jardín rocoso contiene muchas flores, arroyos y fuentes, además de las rocas que le dan nombre, todo en un espacio de unas 4,5 hectáreas.
Camina hasta el río Po para poder visitar la aldea medieval, una reconstrucción auténtica de un pueblo piamontés del siglo XV. Se creó en 1884 para la Exposición Internacional de Turín, y en ella encontrarás puentes levadizos, callejuelas y casas con pórticos. Podrás admirar la ingeniería utilizada para su diseño mientras contemplas los reflejos bajo las orillas del río, situado justo al lado.
En la aldea, que se puede visitar de forma gratuita cualquier día de la semana, encontrarás varias cafeterías donde sentarte a tomar algo. La zona ofrece unas vistas especiales por la noche desde la distancia, cuando las luces de la aldea están apagadas.
El parque del Valentino es gratuito y abre todo el día. Se recomienda visitarlo de día, cuando está bien iluminado.