Únete al bullicio formado por transeúntes, vendedores y artistas callejeros en el corazón cultural y geográfico de Florencia: la Piazza del Duomo. La catedral, que da nombre a la plaza, constituye un centro neurálgico espectacular. Bajo su protección, encontrarás otros muchos tesoros históricos, artísticos y arquitectónicos.
Las fachadas góticas de la catedral de Santa Maria del Fiore y del campanario de Giotto (Campanile di Giotto) causan una notable primera impresión con sus diseños de mármol rosa, verde y blanco, que destacan sobre los distintos tonos piedra de los edificios aledaños. Desde lo alto de cualquiera de ambos edificios, podrás disfrutar de unas vistas panorámicas sin obstáculos de una de las ciudades más bellas de Europa. Sube los 463 escalones de la cúpula para gozar de unas vistas impresionantes sobre las colinas de la Toscana.
Justo frente a la entrada de la catedral se encuentra el Baptisterio de San Juan, uno de los edificios más antiguos de Florencia. Se construyó entre 1059 y 1128. Su planta octogonal es famosa por sus tres conjuntos de puertas de bronce, en las entradas noreste y sur. Cada uno está formado por varios paneles en los que se representan escenas bíblicas. El más famoso es el de las Puertas del Paraíso, en la parte este. El interior del baptisterio se suele comparar con el panteón de Roma por sus paredes ricamente decoradas y sus taraceas de mármol dispuestas siguiendo motivos geométricos.
Explora la zona este de la plaza para visitar el Museo de Obras de la Catedral (Museo dell'Opera del Duomo). El edificio contiene varias obras de arte encargadas originalmente para la catedral. Deléitate con la magnífica colección de esculturas góticas de artistas como Donatello, además de las Puertas del Paraíso originales.
Cruza los altos arcos de la Loggia del Bigallo, en la esquina con la Via dei Calzaiuoli y la Piazza San Giovanni, para contemplar más arte sacro, como frescos y una cruz pintada que datan del siglo XIV.
Bien puedes pasarte todo el día admirando las atracciones que ofrece la plaza. Posiblemente haya bastante ajetreo, pero no por ello debes ir con prisas. Busca asiento a la sombra y saborea un “panini” o un “gelato” de alguno de los numerosos vendedores de comida mientras observas el ir y venir de la gente en el corazón de una de las ciudades más hermosas del mundo.