4/10
Lo único que salva a este hotel es su ubicación y su cercanía a los parques. Nos hospedamos 15 días, la primera mañana nos quisimos meter a bañar pero los dispensadores de shampoo, acondicionador y gel de baño estaba VACÍOS. Solicité que si por favor cuando fueran a hacer el cuarto los podían rellenar (fue una solicitud especial ya que los cuartos los hacen cada dos días!), cuando volvimos en la noche, habían tendido las camas pero no rellenaron ninguna de las botellas. Terminamos comprando nuestros propios productos de higiene porque en 15 días nunca nos pudieron dar ni shampoo ni acondicionador ni nada.
En 15 días jamás cambiaron las sábanas! En una ocasión se le solicitó muy amablemente a una de las recamaristas el favor y fue súper grosera, parecía que le estaba pidiendo algo realmente ofensivo. Las sábanas no las cambió pero eso sí, salpicó nuestra ropa con cloro y terminó arruinada y el cuarto seguía puerquísimo. Nunca se aspiró la alfombra, no se limpió la regadera. Realmente no se hizo nada de limpieza. Horrible.
El desayuno solo lo tomamos tres días porque estaba ASQUEROSO. Como es un hotel familiar hay muchos niños pequeños y es entendible que se pueda generar desorden, lo que no es entendible es que todas las mesas siempre estén sucias. No hay quien limpie, las mesas llenas de comida tirada, el piso todo pegajoso. La calidad de los alimentos es muy fea. Nos servimos jugo de manzana y estaba pasado. Para servirte te dan platos de unicel. Pésima experiencia.
Erika
Se alojó 14 noches en mayo de 2025