Lo primero que enamora de Freising es su casco antiguo, bellamente conservado. Las resplandecientes casas señoriales y los edificios históricos permiten vislumbrar el aspecto de esta ciudad de 1.300 años de antigüedad en la Edad Media. Si te gusta la historia, no puedes perderte elMuseo Municipal, que se encuentra instalado en una parte de la antigua universidad episcopal. En sus salas de exposiciones, cuya construcción concluyó en 2007, se describe excelentemente bien la historia de esta ciudad catedralicia. Busca entre los distintos paquetes de vacaciones en Freising y aprovecha para visitar el mercado de Marienplatz, que se realiza dos veces por semana. En sus puestos encontrarás productos regionales, flores, fruta y verdura, y paseando por sus pasillos podrás conocer de cerca cómo es la vida en la ciudad bávara de Freising.
Los lugareños se refieren a la catedral de Santa María y San Corbinianode forma abreviada como Mariendom y como catedral de Santa María. Es la catedral de la archidiócesis de Freising y Múnich. La primera estructura religiosa se construyó en el año 715 en la cima de la colina que preside el centro de la ciudad. Si planeas incluir esta iglesia en tu agenda de actividades, te recomendamos realizar una visita guiada en la que te explicarán con sumo detalle los elementos más destacados del edificio. Entre ellos destacan unos frescos muy conocidos y la cripta de estilo románico, donde se encuentra la escultura llamada Bestiensäulen, o “columna de las bestias”. También puedes ampliar tu visita para pasear por el patio renacentista y el pasillo real.
Si te gusta la cerveza, no te marches sin visitar una de las cervecerías más antiguas de todo el mundo, laBayerische Staatsbrauerei Weihenstephano “Cervecería Estatal de Baviera Weihenstephan”, que se encuentra situada en la cima de una colina del mismo nombre. La primera cerveza se elaboró aquí en el año 1040. La cervecería se aloja en las dependencias de un antiguo monasterio del distrito de Weihenstephan. Puedes realizar una visita guiada por las instalaciones en la que te explicarán con detalle el proceso de elaboración de esta bebida. El recorrido comienza en el museo y desvela al visitante por los secretos del arte de la elaboración de la cerveza bávara. Al final de la visita, tendrás la oportunidad de disfrutar de una cata de cervezas tradicionales.
Antes de bajar la colina, acércate a los Jardines de Weihenstephan, un bonito parque en los jardines del antiguo monasterio que merece la pena visitar en cualquier época del año. En sus terrenos verás árboles con siglos de antigüedad y el llamado Sichtungsgarten o “jardín experimental”, con una amplia variedad de llamativos arbustos y parterres. En las visitas guiadas que se organizan aquí podrás conocer este bello entorno desde una perspectiva diferente.