La recepción es caótica, estuvimos cerca de 30 minutos para hacer la entrada y aún así la chica no registró bien las habitaciones. A otros clientes los metieron en una habitación dónde ya había maletas de otros clientes. En fin, los demás trabajadores no sé, pero la recepcionista que nos tocó en ese momento, era bastante incompetente.
Por otro lado, habíamos reservado 3 habitaciones triples y una nos lo dieron doble, además de que nos la dieron en el ático y al tener terraza era aún más pequeña de lo normal. Nos montaron la cama supletoria y nos pusieron otro juego de toallas, pero no nos podíamos mover por la habitación. Además, la terraza estaba sucísima. Tuvimos que limpiar nosotras mismas las sillas y la mesa, aún así acabamos con la habitación llena de tierra porque solo de entrar y salir se ensuciaba.