Contempla el suntuoso interior de la catedral de St. Paul, una parada obligada en cualquier visita a la bella Mdina. A menudo conocida, sencillamente, como catedral de Mdina, St. Paul presenta una cúpula octogonal a franjas que destaca en el perfil de la ciudad.
Pasea por las callejuelas estrechas que la rodean y deja que tu vista recorra su elegante fachada tradicional. El exterior de la catedral es verdaderamente bello, como lo es el entorno que la rodea, con bonitos callejones, una plaza y unos jardines. Pero lo mejor de todo te espera en su interior. La decoración de la catedral presenta bellos detalles dondequiera que mires. Cada metro está decorado con mampostería elaborada, oro, mármol o ilustraciones delicadas. Fíjate, por ejemplo, en los toques carmesí que rodean los arcos. Al pasear por las naves, verás tumbas decoradas con los emblemas de los miembros más importantes del clero entre los mosaicos de mármol del suelo.
El valor histórico de la catedral de St. Paul es sorprendente. Según se cuenta, el gobernador local Publio recibió a san Pablo después de que este sufriera un naufragio en la costa este de Malta. San Pablo convirtió a Publio al cristianismo en su casa, que se levantaba en este mismo lugar.
La iglesia actual se construyó en el siglo XVII para sustituir las estructuras anteriores bajo la supervisión del arquitecto Lorenzo Gafa. Los trabajos de construcción tuvieron un fuerte impacto en Mdina, ya que se tuvieron que derribar varias callejuelas para hacer sitio para la catedral. Se han conservado pequeños detalles de la iglesia antigua: algunos frescos, la puerta de la sacristía y la fuente bautismal. La puerta de la sacristía, en concreto, está hecha de madera, y es testigo de la historia de Mdina desde hace 900 años.
Durante el recorrido, fíjate en los impresionantes frescos y en las obras de arte que adornan los muros de la catedral, incluidos los paneles del techo. La gigantesca pintura situada detrás del altar representa la conversión de san Pablo, y es obra del célebre artista Mattia Preti, que decoró muchas de las catedrales más bellas de Malta. Preti también es el responsable de la obra que decora la cúpula y que conmemora el naufragio del apóstol.
La catedral de San Pablo está situada cerca de otras dos joyas de Mdina, el Palacio del Arzobispo y el Museo de la Catedral. Puedes adquirir una entrada combinada para visitar la catedral y su museo.
