Rabat, que significa “barrio” en árabe antiguo, fue en su día el límite exterior de la ciudad amurallada de Mdina. Rabat es una antigua ciudad con una historia que data de la época romana y tiene mucho que ofrecer a los amantes de la historia y la arqueología. En esta pequeña ciudad encontrarás una gran variedad de emocionantes atracciones históricas a poca distancia a pie entre ellas.
Empieza tu día con unas fresas frescas recogidas en una de las granjas de los alrededores y prepárate para descubrir la gran historia cultural de Rabat. Visita el Museo Romano, una villa romana reconstruida que incluye una exposición de artefactos culturales, como mosaicos y esculturas.
Retrocede hasta los primeros años de historia cristiana de Malta en la iglesia de San Pablo, una iglesia encantadora del siglo XVII construida en la gruta de San Pablo. Según la Biblia, el apóstol Pablo y sus misioneros se refugiaron en esta gruta cuando su barco naufragó en la costa de Malta. Explora las catacumbas de la iglesia y recorre el misterioso pasadizo subterráneo hasta el museo Wignacourt, un antiguo palacio que actualmente alberga una colección de cuadros, antigüedades de plata y reliquias religiosas en unas magníficas salas de estilo barroco.
Descubre las catacumbas de San Pablo y Santa Ágata, dos cementerios de la antigua Roma situados en el centro de Rabat. Alquila una audioguía en las catacumbas de San Pablo y recorre estas sombrías tumbas a tu ritmo. Al otro lado de la calle encontrarás las catacumbas de Santa Ágata, que también se utilizaron como refugio durante la Segunda Guerra Mundial. Explora el museo y las catacumbas de Santa Ágata con guía en una visita programada y contempla una selección de frescos antiguos y artefactos arqueológicos.
Visita Dingli, un pequeño pueblo situado unos 2 kilómetros (1 milla) al suroeste de Rabat, para disfrutar de una puesta de sol espectacular desde escarpados acantilados que dan al mar. Rabat se encuentra a dos kilómetros de las murallas de Mdina, en la parte occidental de la isla. Visita Rabat en cualquier época del año para disfrutar del clima mediterráneo, pero si quieres evitar la temporada alta de turismo, es mejor que vayas entre septiembre y mayo. Organiza tu viaje a Rabat con tiempo para encontrar ofertas interesantes.