Observa la plaza de San Marcos, repleta de palomas entre los pórticos que se extienden bajo las torres y cruces: es la principal atracción turística del barrio de San Marco. Estar aquí es ya una experiencia única, muy diferente de lo que experimentarás en otros lugares de Italia y Europa. Pasea entre los amplios espacios de la plaza y disfruta de este escenario extraordinario.
Es fácil pasar horas y horas estudiando los detalles de la basílica de San Marcos, la catedral situada en el extremo este de la plaza. Su fachada bizantina resplandece con sus múltiples arcos y sus molduras doradas. En el interior encontrarás espléndidos cuadros con pan de oro, que simbolizan los dogmas más importantes de la iconografía cristiana. Su belleza está tan reconocida que incluso se han utilizado en estudios científicos sobre la biología de la apreciación artística.
Otro monumento importante de San Marco es el Palacio Ducal. Construido para el dux, el magistrado supremo de la antigua República de Venecia, sigue siendo un ejemplo fantástico de la arquitectura gótica veneciana y alberga un museo de arte. Tómate tu tiempo para recorrer las numerosas salas de este edificio, cuyo diseño se ha imitado muchas veces y en muchos rincones distintos del mundo.
Como la mayor parte de Venecia, San Marco alberga numerosas iglesias barrocas. No te pierdas la iglesia de San Salvatore, que tiene una bala de cañón en una de sus columnas, huella de una refriega con el ejército austríaco.
Antes de irte, puedes tomarte un martini en el famoso Harry's Bar, lugar de reunión de expatriados desde tiempos inmemoriales . De hecho, grandes personajes como Ernest Hemingway, Alfred Hitchock o Philippe de Rothschild lo utilizaron como refugio. También tienes que probar las delicias italianas que se inventaron aquí, como el "carpaccio" y el cóctel "Bellini", a base de "prosecco" y melocotón.
Toda Venecia es una maravilla, pero en San Marco descubrirás auténticos tesoros. Reserva tiempo suficiente para explorar los mágicos rincones de este "sestiere" único.