El hotel es bonito, queda bien ubicado, cerca tiene una cafeteria francesa que a los occidentales nos cae de perlas. La ayuda en el mostrador no es la mejor, sin embargo tienen a una persona que se encarga de turismo que si habla bien inglés, y es muy atento, me gusto mucho que tengan una maquina tipo cajero automático que te ayuda a cambiar dolares por rmb, sin necesidad de ir a bancos. Lo que no me gustó es que no limpian bien la habitación, y a determinada hora de la mañana o tarde si uno se queda en el hotel empiezan a tocar el timbre de las habitaciones, para uno que tiene el horario distinto, es molesto ya que el sueño vence a horas del día en que para uno es de noche.