El hotel estĆ” en la calle peatonal principal de Oia, a unos 300 metros de la carretera donde pueden acceder los coches.En recepciĆ³n nos atendiĆ³ Alkis, que habla espaƱol y francĆ©s perfectamente y es muy amable. La recepciĆ³n cierra a las 21 h con lo que si necesitas algo debes enviar mensaje a un telĆ©fono que te dejan aunque la contestaciĆ³n no es inmediata. La habitaciĆ³n era pequeƱa y casi sin espacio para dejar las maletas abiertas, con un armario escaso y baƱo tambiĆ©n muy pequeƱo, que no tenĆa ni un mĆsero colgador para poder dejar las toallas. El primer dĆa nos dejaron una botella de agua, luego ya no. Lo Ćŗnico bonito era la terraza que era amplia, con una tumbona y una mesita con dos sillas, que da a la zona de piscina y bar. El desayuno es bajo selecciĆ³n de una serie de productos que debes elegir cada dĆa y te lo sirven o bien en la habitaciĆ³n o bien puedes tomarlo junto a la piscina. El bar de la piscina estĆ” abierto a todo el pĆŗblico supuestamente hasta las 23 h, con mĆŗsica algo alta, que cuando hemos estado no quitaban hasta las 23.30 h, si bien bajamos a protestar por ello. Si tienes el sueƱo ligero como es nuestro caso te recomendamos hospedarte mejor en otro sitio.