Visita la catedral de Oporto y maravíllate con sus espectaculares pinturas murales, el magnífico altar de plata o su reluciente tesoro. Además de permitirte disfrutar de excelentes vistas a la ciudad desde su planta superior, descubrirás el importante papel que desempeñó esta catedral en la historia de Oporto.
Pasea por la catedral y contempla su fachada románica. Una de las zonas más antiguas de la catedral es su plaza, cuya estructura se ha mantenido casi intacta desde que se completara en el siglo XIII. Te maravillarán sus torres elevadas y sus majestuosas almenas, que a primera vista parecen propias de una fortaleza, pero que a medida que te acercas te descubren detalles únicos. Contempla la hermosa vidriera de colores en forma de rosa que se sitúa sobre la entrada principal. Echa un vistazo a la ligera diferencia estilística de las cúpulas que adornan los torreones, elementos barrocos añadidos en el siglo XVIII.
Entra a la catedral para deleitarte con una amplia variedad de arte sacro. Te llamará la atención el magnífico altar de plata de la capilla del Santo Sacramento. Explora su interior y llegarás a la capilla de São Vicente, donde verás una serie de esculturas que datan del siglo XIV. Dirígete hacia el tesoro, donde podrás admirar esculturas soberbias, así como pinturas religiosas de lo más distinguidas. También encontrarás otras reliquias, con joyas y manuscritos antiguos.
No te olvides de visitar el claustro de estilo gótico, añadido durante el reinado de João I, pues cuenta con uno de los elementos más característicos de la catedral: paredes con pinturas soberbias de sus azulejos, realizadas por el artista Valentim de Almeida.
No te pierdas la distinguida escalera de granito, diseñada por el arquitecto italiano Nicolau Nasoni. Sube sus peldaños hasta llegar a la planta superior, desde donde te maravillarás con unas vistas excelentes a la ciudad de Oporto y al río Duero.
Aprovecha tu viaje a Oporto para conocer su magnífica catedral. Esta se encuentra en el centro de la ciudad, a escasos minutos a pie de las paradas de metro y autobús. La catedral de Oporto está abierta al público todo el año, cuya entrada es gratuita, a excepción de la entrada a los claustros, para lo cual sí hay que pagar un pequeña tarifa.