Esta ciudad se encuentra muy cerca del Gran Cañón del Colorado, una de las formaciones naturales más increíbles de la Tierra, y es ideal para explorarla solo, en pareja o con la familia. Incluso si el calor no te supone un problema, cuando viajes a Phoenix te agradará saber que probablemente es la ciudad con más aparatos de aire acondicionado del planeta. Sin embargo, por muy increíbles que sean los viajes a Phoenix, el Gran Cañón hace sombra a todo lo que la ciudad tiene que ofrecer. Esculpido por el río Colorado, es uno de los espectáculos de la naturaleza más extraordinarios que puedas contemplar mide 445 kilómetros de largo y 29 de ancho, y se encuentra a tan solo tres horas y media en coche. Tienes que verlo con tus propios ojos para poder apreciar su grandeza. Pese a su tamaño, es fácil encontrar a gente que practica rafting, hace senderismo o sale a correr, aunque el puro espectáculo de verlo desde South Rim, a una altura de más de 2.000 metros sobre el nivel del mar, es suficiente para la mayoría. Originalmente, los amerindios poblaron esta región y cuando viajes a Phoenix te darás cuenta de que su cultura está presente en gran parte de los museos de la ciudad. En concreto, en la amplia colección y espacios comunitarios del Museo Heard, al norte del centro de la ciudad, podemos encontrar un asentamiento entero de chozas de indios navajos, así como infinidad de artefactos de los nativos. Si quieres obtener más información sobre los habitantes nativos de Arizona, encontrarás numerosas ruinas y otros lugares de interés en el Museo y Parque Arqueológico de Pueblo Grande, en Washington Avenue. El Museo de Arte de Phoenix también es una gran atracción para turistas y lugareños. Este museo, que se utilizó como centro comunitario durante más de medio siglo, ofrece durante todo el año un programa de actividades y exposiciones, así como un espacio interactivo para niños llamado PhxArtKids. Si te gusta más la ciencia y la naturaleza, merece la pena que visites el Centro Científico de Arizona o el Zoo de Phoenix, que se enorgullece de ser el zoológico sin fines de lucro más grande de Estados Unidos y donde hay más de 1.300 fascinantes exposiciones de animales, incluido un zoológico interactivo. Aunque pueda sorprender a algunos por ser una ciudad que no oculta su ligera rudeza, en Phoenix también existe una floreciente escena artística. Este movimiento, que se ha desarrollado principalmente en la última década, quizá se pueda expresar mejor a través de la innovadora escultura de Janet Echelman, “Her Secret is Patience”, un diseño que flota suspendido sobre el Centro Cívico de Phoenix y que hace visibles para el ojo humano los vientos del desierto.