Este año, mímate con uno de nuestros viajes a Lisboa y sube hasta el mirador de Santa Lucía, en el barrio de Alfama, posiblemente uno de los mejores lugares a los que acudir en un día de sol, sobre todo si hace calor. Aquí podrás disfrutar de las vistas y de la brisa que sube desde el río Tajo. Además, las buganvillas y las celosías ofrecen protección adicional contra los intensos rayos del astro rey.
El lugar no puede tener más encanto: a tus pies tendrás los tejados rojos del casco viejo, los tonos azules del río en su desembocadura en el Atlántico y los cruceros que se acercan al puerto. Quizá te apetezca descansar un rato en la cafetería para disfrutar de una bebida o un aperitivo. La zona suele animarse con los vendedores de artesanía y los músicos callejeros. Resulta divertido contemplar las vistas y jugar a identificar lugares históricos como la gran iglesia blanca de San Esteban, la cúpula del Panteón Nacional y las agujas con forma de cebolla de la iglesia de San Miguel.
Puedes aprovechar que estás en la zona para acercarte a la iglesia de Santa Lucía y examinar las composiciones pictóricas de azulejos del exterior, que representan la plaza del Comercio de la ciudad antes del terremoto de1755 o a los cruzados asaltando el castillo de San Jorge en 1147. Si viajas por el resto del país, comprobarás que los azulejos son un ornamento muy típico y están en todas partes. Aunque su origen es árabe, la cultura portuguesa los supo asimilar con éxito.
Puedes subir un poco más alto para ver el castillo de San Jorge, una estructura morisca del siglo XI en la que, posteriormente, se construiría un palacio real dentro de sus muros. El terremoto dañó gravemente el castillo, pero los trabajos de restauración en la década de los treinta lograron reparar sus desmoronadas murallas. En el interior encontrarás un jardín bien cuidado, y también puedes visitar un museo en el palacio. El recinto cuenta con una cámara oscura que permite disfrutar de vistas de 360grados de la ciudad.
De vuelta ya en el mirador y, probablemente, con los pies cansados, te recomendamos sumergirlos en la piscina de poca profundidad ubicada en la terraza inferior. Aunque no es tan abierta como la superior, las vistas aquí siguen siendo magníficas. El mirador de Santa Lucía es un lugar fantástico para descansar en familia. Vuelve para contemplar la puesta de sol, no te arrepentirás.