Descubre la música tradicional portuguesa en el Museo del Fado de Lisboa, el lugar perfecto para conocer los detalles sobre las canciones que cuentan la historia del país de una manera contemplativa y conmovedora. El fado es un estilo musical melancólico que amas o rechazas. Si no hablas portugués, quizás te pierdas la historia que esconden sus letras, pero sabrás que tratan sobre algo decididamente apasionado.
Aunque no entiendas lo que dice, el fado debe escucharse con los ojos cerrados para sentir mejor el drama y el desgarro del cantante, o fadista. El acompañamiento musical suele incluir guitarras y violines. Las canciones describen la desesperación y las penalidades de la vida, aunque a veces se intuya la esperanza de que las situaciones pueden mejorar.
El estilo evolucionó a mediados del siglo XIX en zonas de la ciudad que frecuentaban los marineros en busca de prostitutas y se hizo muy popular a principios del siglo XX. En 1926 se censuró en un intento por cambiar el tipo de entretenimiento en Lisboa, pero la radio impidió su desaparición. Imagina la protesta de los ciudadanos ante los intentos de evitar que su querido fado fuera la música de la ciudad.
En el museo, descubrirás cómo una fadista fue la principal responsable de llevar este género musical al reconocimiento mundial del que disfruta en la actualidad. Amália Rodrigues, conocida como la "Reina del Fado", disfrutó de fama internacional hasta su muerte en 1999 y consiguió que este estilo destacara como arte. También contribuyó a su evolución hacia un formato contemporáneo que puede incluir piano, violín y acordeón. Quizá esta historia explique también por qué la mayoría de fadistas en Lisboa son mujeres.
Te recomendamos solicitar una visita especial al centro de documentación del museo para conocer el fado en profundidad o incluso asistir a un concierto en su pequeño auditorio, si hay programado alguno. Antes de marcharte, quizá quieras pasar por la tienda de regalos y examinar su amplia variedad de CD y artículos relacionados. Ubicado en el barrio de Alfama, el museo cierra los lunes y la entrada es de pago. Aprovecha para cenar después en un restaurante de fado de los alrededores y disfrutar de una actuación en vivo.