Deja volar tus sentidos con el despliegue de la gastronomía chilena en el Mercado Central. Este colorido y frenético mercado forma parte de la vida cotidiana de Santiago desde 1872. Puedes probar todo tipo de alimentos: desde coloridas frutas y verduras hasta pan recién hecho o exquisitos platos de marisco.
El mercado no sigue ningún orden, y nada más entrar podrás ver la animación de sus puestos. Verás carniceros que ofrecen cualquier parte de la vaca, vendedores de queso artesanal, verduras y frutas tropicales, panaderías y tiendas de caramelos. Sin embargo la joya del mercado son los puestos de pescado. No te pierdas los mostradores repletos de cangrejos y langostas vivas, pilas de moluscos gigantes y cubos de erizos de mar y ostras.
Visita los numerosos restaurantes y puestos de comida del mercado, que ofrecen una gran variedad de deliciosos platos de mercado y marisco. La parte central del mercado está dirigida a los turistas. A menudo hay músicos que se acercan a las mesas para realizar actuaciones para los clientes y pedir alguna propina. Si quieres vivir una experiencia más auténtica y económica, opta por los restaurantes más pequeños situados en la parte externa del mercado. Prueba algunos de los platos típicos de Chile, como el caldillo de congrio, la paila marina o los picorocos.
Solo por su arquitectura, el mercado ya merece una visita. La gran estructura neoclásica, que fue prefabricada en Gran Bretaña y después transportada y construida en Santiago en 1872, parece una estación de tren victoriana. Fíjate en las decoraciones artísticas de los pilares y arcos del edificio, grabadas en hierro forjado.
El Mercado Central se encuentra en la parte norte del centro histórico de Santiago. Está a unos diez minutos a pie desde la plaza de Armas y es fácil llegar en autobús y en metro. También hay un autobús turístico que para en la entrada del mercado. Aprovecha tu visita para pasear por el pintoresco parque Forestal y contemplar las obras de arte moderno del Museo de Arte Contemporáneo o los cuadros más clásicos del prestigioso Museo Nacional de Bellas Artes.
El mercado abre todos los días. El momento más animado del día es la hora de comer, cuando los restaurantes de pescado se llenan de turistas y lugareños.