Disfruta de ver nadar a los peces y date un chapuzón en las aguas limpias y cristalinas de las preciosas cascadas de Mele. Contempla las espectaculares y abruptas cascadas, y atrévete a subir hasta lo más alto para descubrir uno de los miradores más asombrosos de toda la isla. Te sorprenderá con unas vistas extraordinarias que no te puedes perder en tu viaje a Nueva Zelanda y el Pacífico Sur.
Camina por el denso bosque tropical, donde encontrarás una magnífica zona de pozas naturales poco profundas y finos arroyos. Contempla a los peces que brillan y resplandecen bajo los rayos del sol o ponte el bañador y zambúllete en el agua. Nada y chapotea con tus amigos o ponte cómodo y descansa en este majestuoso entorno.
Continúa andando por el pedregoso sendero con la ayuda de las cuerdas guía colocadas a lo largo del escarpado acantilado. Haz paradas frecuentemente para sumergirte en las pozas de los pequeños llanos que encontrarás a medida que subas por la ladera del monte. Busca los rápidos y los toboganes naturales formados por la erosión para deslizarte por ellos hacia las aguas cristalinas.
Continúa subiendo por el monte para llegar al origen de la hermosa cascada que pone en movimiento todo este idílico paraje. Te maravillarás al ver la caída de agua de 35 metros por la pared del acantilado hasta la lisa superficie rocosa del fondo. Ponte debajo de la cascada y siente el poder de esta maravilla de la naturaleza mientras presencias cómo se rompen las ráfagas de agua y cómo se forma la reluciente bruma que asciende hasta las copas de los árboles.
Sube hasta el punto más alto del sendero. Desde aquí podrás disfrutar de unas espectaculares vistas panorámicas de la isla. Contempla los espesos bosques que te rodean y que se extienden hasta llegar a la costa. Los lugareños acuden a esta zona a relajarse. Echa un vistazo al mar para contemplar los barcos que navegan lentamente de uno a otro puerto.
Las cascadas de Mele están a 15 minutos en coche de Port Vila, en dirección noroeste. Puedes tomar el autobús que realiza regularmente el trayecto entre el centro de la ciudad y las pozas o apuntarte a una visita guiada. Estas últimas suelen incluir un suvenir de regalo, así como fruta y refrigerios durante la visita. Trae calzado que sea cómodo para caminar y que no te importe mojar.