Únete al resto de visitantes que se han decantado por los viajes a Ville Haute y acuden al Camino de la Cornisa para contemplar la grandeza arquitectónica luxemburguesa. Esta pasarela peatonal sigue el curso de las antiguas murallas luxemburguesas, que se elevan imponentes sobre el río Alzette. Franceses y españoles construyeron el Camino de la Cornisa en el sigloXVII y, cuando la fortaleza dio paso a la ciudad actual, el pasaje se niveló y se convirtió en un camino. Batty Weber, uno de los autores más queridos del país, lo describió como "el balcón más hermoso de Europa".
Comprobarás que las vistas son bonitas en cualquier punto del paseo. Desde las Casamatas del Bock, el sendero serpentea alrededor de la iglesia de San Miguel, un monumento católico cuyo origen se remonta al sigloX. Si te asomas a los escarpados acantilados, verás las tranquilas aguas del río Alzette al fondo.
El distrito de Grund se extiende a lo largo de las orillas del río por el valle de Alzette. En esta zona encontrarás la iglesia de San Juan de Grund y la abadía de Neumünster, ambas construidas en1606. Detrás se esconde una plaza arbolada ubicada en la meseta de Rham.
El paseo continúa en dirección sur por las murallas hasta la meseta del Espíritu Santo. Desde aquí, estarás a pocos metros de las principales atracciones de la ciudad, como la catedral de Nuestra Señora, las Casamatas de la Pétrusse y el monumento del Recuerdo. En los alrededores se eleva también el puente de Adolphe, una estructura arqueada de piedra que cruza el valle de Pétrusse.
Puedes acceder a este pintoresco sendero desde el casco antiguo de la ciudad de Luxemburgo. Varias líneas de autobuses tienen parada cerca de la entrada norte. Si llegas en coche, puedes dejarlo en el aparcamiento disuasorio ubicado a las afueras del casco urbano.
El Camino de la Cornisa abre las 24horas del día. Te recomendamos acudir a última hora de la tarde para observar cómo se van encendiendo las luces de la ciudad con la caída del sol. En invierno, las nevadas convierten Luxemburgo en un escenario de cuento de hadas. El otoño también es un espectáculo, ya que el cambio de follaje pinta con tonos cálidos las colinas, los parques y el valle del río.
