El pequeño templo data del siglo XII y se ha restaurado bellamente dos veces desde su construcción. Visita este edificio luterano medieval, ubicado en un extremo de la plaza Römerberg, para conocer su larga historia y cómo fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial. En el interior también hallarás la paz en medio del bullicio de la ciudad. Escucha la música folclórica tradicional alemana que produce el carillón mientras exploras la plaza.
La antigua iglesia de San Nicolás data del siglo XII. Actualmente, su fachada contrasta con los enormes rascacielos del distrito financiero de Fráncfort. Sin embargo, al observar el telón de fondo de la plaza Römerberg, la iglesia encaja perfectamente con el resto de edificios y las atracciones históricas colindantes. Si quieres conocer más detalles sobre el papel que desempeñó la iglesia antiguamente, únete a una ruta guiada a pie por el casco antiguo cuando viajes a Fráncfort. El templo fue reconstruido por primera vez en el siglo XV, aunque volvió a sufrir daños durante la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, la iglesia luce su estilo original y es uno de los puntos principales para ver en la plaza.
Entra para ver la nave principal, que es pequeña y silenciosa. Siéntate en un banco para reflexionar o esperar a que suene el carillón. Déjate llevar por la música folclórica alemana que llena el ambiente.
En uno de los restaurantes tradicionales alemanes de la plaza podrás observar la iglesia mientras pruebas los platos típicos de la región. La plaza Römerberg es un excelente lugar para conocer la cultura alemana, ya que cuenta con muchos restaurantes que sirven schnitzel, un tipo de escalope, y cervezas locales. En invierno se celebra uno de los mercados navideños más antiguos de Alemania frente al templo. Escucha a los trompetistas que tocan en el balcón de la iglesia y llenan la plaza con su música.
La antigua iglesia de San Nicolás está ubicada en el centro del barrio antiguo de Fráncfort, al que se puede llegar a pie fácilmente desde la mayoría de los hoteles y las atracciones de los alrededores. Si viajas desde más lejos, coge el transporte público y bájate en la parada Dom/Römer, que se encuentra a poca distancia. La iglesia está abierta todos los días y la entrada es gratuita.