En los viajes a Trim no puede faltar una visita a su castillo, una fortaleza anglo-normanda bien conservada cuya silueta domina el entorno de esta pequeña localidad. Un recorrido por su interior revela al visitante cómo era la vida de la primera familia que lo habitó, a pesar de estar rodeados de una población irlandesa gaélica hostil.
La estructura tiene su origen en la Edad Media y la invasión anglo-normanda de Irlanda. En 1172, el entonces rey de Inglaterra, EnriqueII, concedió a Hugh de Lacy el Reino de Meath. De Lacy, en un esfuerzo por ganar el control sobre su territorio recién adquirido, construyó un castillo de madera que fue destruido. En su lugar, erigió esta fortaleza de piedra más resistente que era, en ese momento, el castillo anglo-normando más grande de Europa.
Si examinas las impresionantes fortificaciones y las sólidas murallas quizá te resulte familiar: quizá porque ya lo hayas visto en la pantalla grande en el éxito de taquilla Braveheart, de Mel Gibson.
Gran parte del castillo que vemos hoy estaba tal cual en el año 1220. Además, debido al riesgo de ataque, se construyeron sólidas fortificaciones. La fortaleza, por ejemplo, cuenta con gruesos muros de tres metros de espesor. Como la construcción ha cambiado muy poco desde sus orígenes, los visitantes pueden hacerse una idea bastante fiel de la seguridad que la familia de Lacy pudo haber sentido aquí, a pesar de estar rodeados de enemigos.
Asimismo, puedes participar en una visita guiada para recorrer el interior del castillo y subir a la torre, que ofrece unas vistas fabulosas del paisaje natural del entorno. Gracias a las inestimables explicaciones de tu guía, podrás descubrir el complejo y conocer los detalles de la vida en la fortaleza a lo largo de los siglos. Ten en cuenta que estas visitas incluyen subidas por escaleras estrechas y empinadas, por lo que pueden no ser adecuadas para personas con problemas de movilidad.
El castillo de Trim está situado en el pueblo del mismo nombre, en el condado de Meath, a orillas del río Boyne. Se encuentra a menos de unahora en coche del centro de Dublín, y hay aparcamiento disponible en las instalaciones. Se cobra una pequeña tarifa de entrada para acceder a los terrenos. Asimismo, las visitas guiadas tienen un coste adicional.