En el Jardín de Shikinaen podrás contemplar antiguas residencias reales, recorrer tranquilos senderos y disfrutar de bellas zonas verdes.
El origen de estos espacios cuidadosamente diseñados se remonta a finales del siglo XVIII, cuando adornaban la residencia de la familia real de Ryukyu. Relájate en este bello rincón y descansa del bullicio del centro de Naha. Se trata de un lugar rebosante de serenidad, con estanques y una atmósfera tranquila, bonitos pabellones y una amplia variedad de hermosas plantas autóctonas.
Desde la entrada, sigue el sendero adoquinado que serpentea por un bosque frondoso. Después de un breve paseo, llegarás a una villa impresionante. El edificio se construyó en el siglo XVIII como hogar de la familia real de Ryukyu. Junto con el resto del jardín, la casa quedó completamente destruida durante la Segunda Guerra Mundial y se reconstruyó en 1975. En el interior descubrirás sencillas salas con tatami y vistas panorámicas del jardín.
Justo delante de la villa se construyó un amplio estanque. Cuando no hay viento, los pabellones, los árboles y los dos puentes de madera se reflejan en la superficie del agua como lo harían en la de un espejo. Fíjate en el diseño del puente más grande. Está hecho de rocas calizas sin tallar, lo que le otorga un aspecto único y natural. Cruza el puente más pequeño para llegar a Rokkaku-do, un pabellón chino con diseño hexagonal tradicional que sirve de excelente mirador para disfrutar del estanque y las plantas del entorno.
Continúa por el sendero hacia la salida del jardín y ve parando en distintos puntos para contemplar el paisaje urbano de Naha.
El Jardín de Shikinaen está situado a cuatro kilómetros al este del centro de la ciudad. Es uno de los pocos lugares a los que no es posible acceder en monorraíl. Debes tomar el autobús hasta la parada Shikinaen-mae en un trayecto de 20 minutos. El jardín abre toda la semana excepto los miércoles y hay que pagar una pequeña tarifa para acceder.