Villa Romana está considerada una de las villas más importantes que quedan en el norte de Italia, y data de finales de la época romana. Además de los brillantes mosaicos de sus suelos, este lugar incluye un museo pequeño pero interesante de objetos encontrados en las excavaciones de la zona. Conoce las cautivadoras obras de arte, arquitectura e ingeniería de los antiguos romanos.
La villa se construyó en el primer siglo antes de Cristo y, entre los siglosII y IV, se sometió a diversas renovaciones. Se cree que la villa y la ciudad recibieron su nombre del primer propietario de la villa, Decencio. Un desprendimiento de tierras cubrió este lugar en el sigloXII y sus restos se redescubrieron, finalmente, en 1921.
La villa abarca más de una hectárea y contiene una residencia, un jardín, un patio y una zona de termas. Antes de visitar el lugar, no olvides ver el breve vídeo que explica la disposición de la villa. Tal vez repares en que las salas están diseñadas para ofrecer las mejores vistas posibles de la costa meridional del lago de Garda.
No te pierdas el Antiquarium, un pequeño museo situado a la entrada de la villa que contiene collares, utensilios, esculturas, retratos y otras reliquias halladas en el yacimiento. Presta especial atención al recipiente de vidrio del sigloII decorado con símbolos cristianos. Fíjate también en el antiguo molino que se empleaba para triturar uvas o aceitunas, además de los dos paneles con frescos recompuestos.
No te vayas sin visitar el hipocausto, una sala de calefacción subterránea construida bajo el suelo de la residencia. Los restos de este sistema son una prueba de las brillantes técnicas de ingeniería de los romanos.
Dedica el tiempo necesario a contemplar los hermosos mosaicos del suelo de la villa, conservados durante siglos bajo las tierras desprendidas. Los brillantes colores rojo, oliva, naranja y negro representan escenas de pesca, caza, agricultura y carreras de cuadrigas. También verás antiguos símbolos espirituales, un perro y una oveja en un paisaje campestre, Cupido recogiendo uvas y alegorías de las cuatro estaciones.
Villa Romana está abierta toda la semana, aunque a menudo cierra los lunes, y el horario se reduce de noviembre a febrero. Se cobra una pequeña tarifa de entrada.