La Plaza del Pilar es una de las plazas peatonales más largas de España y se halla rodeada de bonitas cafeterías y edificios históricos. Se trata de un punto de partida excelente para descubrir las atracciones de Zaragoza. En ella se celebran con frecuencia actuaciones, festivales y otros animados eventos.
La basílica de Nuestra Señora del Pilar, en el lado norte, es la responsable de su nombre. Esta imponente iglesia barroca data de 1681, aunque se realizaron importantes renovaciones en el siglo XVIII. En su interior encontrarás dos impresionantes frescos de Francisco de Goya, así como una pequeña estatua de la Virgen del Pilar que atrae a miles de peregrinos cada año. Sube el ascensor que lleva a lo alto de una de las torres para disfrutar de bellas vistas de la ciudad.
Muy cerca de la basílica se encuentra también el ayuntamiento. El edificio renacentista original quedó dañado durante la Guerra Civil española y la reconstrucción que vemos en la actualidad es de mediados del siglo XX. Fíjate en las esculturas que flanquean la entrada principal y que representan a san Valero y al ángel custodio de la ciudad. Son obra del escultor abstracto Pablo Serrano.
En el lado opuesto de la plaza verás la catedral La Seo, que se construyó entre los años 1380 y 1550. Esta estructura, una mezcla atractiva de elementos góticos, barrocos y mudéjares, se diseñó originalmente como una mezquita. Busca los extraordinarios tapices franceses y flamencos del museo adyacente.
Acércate también a la Fuente de la Hispanidad, situada en el lado oeste de la plaza. Erigida en 1991, su diseño representa el mapa de Latinoamérica. En él verás una cascada que simboliza la parte norte, así como un orificio en la esquina superior izquierda que alude a la península del Yucatán y a Centroamérica.
La Plaza del Pilar está situada cerca del río Ebro. Si la visitas durante la Fiesta de la Virgen del Pilar, que tiene lugar cada año a mediados de octubre, asistirás a una animada celebración de nueve días con conciertos en las calles, procesiones y danzas tradicionales, que tiene la plaza como centro neurálgico.