Examina las distintas obras de arte que decoran el patio de la Infanta, un espacio renacentista situado dentro de la sede de Ibercaja. Este patio formaba parte de una majestuosa residencia palaciega en sus orígenes, en el año 1550, y su intrincada mampostería se ha conservado a la perfección. Un paseo por el patio te descubrirá detalles sobre su historia y te permitirá contemplar las obras que adornan sus muros.
El patio de la Infanta hunde sus raíces en la mitad del sigloXVI, cuando se construyó como pieza central del palacio de Zaporta. La estructura quedó destruida casi por completo durante un incendio en 1905. El patio interior consiguió salvarse de las llamas y se retiró para su venta como reliquia antigua hasta que finalmente se reconstruyó en el edificio de Ibercaja en 1980. Al recorrerlo es fácil imaginarlo hace siglos en el entorno de un majestuoso palacio aragonés.
Su ornamentada construcción consta de dos niveles: la galería superior se sustenta sobre columnas de tallas intrincadas y presenta una impresionante variedad de elementos platerescos, un estilo que se desarrolló en España en el sigloXVI. Si te fijas, verás figuras humanas talladas en las columnas, así como medallones con retratos de emperadores romanos y líderes religiosos. El nivel superior se caracteriza también por una serie de arcos de medio punto y un balcón decorado con magníficos relieves muy similares a los del palacio de los duques del Infantado, en Guadalajara.
Otro de los aspectos destacados de esta visita es la colección de obras de arte de Ibercaja, que incluye una serie de trabajos de Goya. Podrás examinar bellas pinturas de retratos y paisajes, así como los bocetos que realizó el artista como preparación para algunas de sus obras más importantes. Además de las piezas de la colección permanente, es posible visitar exposiciones temporales.
El patio de la Infanta está ubicado dentro del moderno edificio de Ibercaja, en la plaza Basilio Paraíso. Se encuentra a algo más de 500metros al sur de la plaza de España y es fácil llegar a pie desde el centro histórico de Zaragoza. El patio abre todos los días y la entrada es gratuita, pero ten en cuenta que cierra unas horas durante el almuerzo.