El Monumento a los Descubrimientos destaca por encima del río Tajo y atrae a todo aquel que elige viajes a Lisboa. Desde aquí, muchos barcos de vela siguieron el río hasta el océano Atlántico con el objetivo de navegar aguas inexploradas y descubrir nuevas tierras. El monumento, realizado en hormigón y piedra caliza, presenta un mural en 3D de figuras marítimas, portugueses que destacaron por llevar las costumbres y el comercio europeos a regiones distantes.
El conjunto adopta la forma de la proa de un barco bajo unas velas ondulantes. En el casco, el escultor Leopoldo de Almeida inmortalizó a numerosas personalidades históricas en un encargo para la Exposición Mundial de Portugal de 1940 que tenía como fin celebrar los comienzos del país y su independencia de España. El monumento de madera original estaba situado en la plaza del Imperio, en los alrededores. Su reconstrucción en piedra junto al río se realizó 20años después para conmemorar el 500aniversario de la muerte del infante don Enrique, también conocido como Enrique el Navegante, la principal fuerza que impulsó las exploraciones y las conquistas de Portugal. La primera figura de la proa de la carabela es una imagen de este personaje.
Junto a él se encuentran 32tallas más de personas clave durante la era de los descubrimientos de Portugal con rasgos muy detallados y entre las que se incluyen cartógrafos, cruzados, cronistas, misioneros y artistas. La única mujer es la madre de Enrique el Navegante, la reina Felipa de Lancaster.
Te recomendamos mirar hacia abajo antes de entrar, ya que el pavimento presenta una enorme rosa de los vientos y un mapa del mundo con las expediciones portuguesas que dieron lugar a un imperio que abarcó los cinco continentes. En el interior del monumento podrás recorrer exposiciones sobre la historia de Lisboa. Un ascensor y un tramo de escaleras te llevarán hasta la parte superior de la estructura de 56metros de altura para disfrutar de increíbles vistas panorámicas del río, el histórico barrio de Belém y la costa opuesta.
Puedes visitar el interior del Monumento a los Descubrimientos todos los días menos los lunes, cuando cierran muchos de los lugares de interés de la ciudad. La entrada es de pago. Te recomendamos acceder de forma segura a la estructura a través del túnel que sale de los jardines ubicados delante del monasterio y que discurre por debajo de la bulliciosa carretera.